El apestado
El único pecado para Donald Trump es la derrota. Perdedor es el peor insulto de su corto repertorio. De ahí su incapacidad para aceptar el resultado, traducida en ataques de ira y en nuevas y apenas veladas amenazas de violencia.
El único pecado para Donald Trump es la derrota. Perdedor es el peor insulto de su corto repertorio. De ahí su incapacidad para aceptar el resultado, traducida en ataques de ira y en nuevas y apenas veladas amenazas de violencia.