El G-20 refrenda el impuesto mínimo global de sociedades del 15%
Los líderes del G-20, reunidos en una cumbre que se celebra en Roma este sábado y domingo, han dado un nuevo impulso al impuesto mínimo global para sociedades del 15%. Los mandatarios expresaron en la primera sesión de la reunión un “amplio y transversal apoyo” al acuerdo alcanzado bajo la mediación de la OECD y que han suscrito unos 140 países. El mensaje de las grandes economías del G-20, que representan más del 80% del PIB mundial, tiene el valor de dar vigor político a un proceso que, tras el pacto, afronta un complejo recorrido de implementación. El objetivo es activar la nueva arquitectura fiscal, que también prevé medidas para los impuestos a grandes compañías digitales, en 2023.
El nuevo impulso recibido por el G-20 certifica el éxito de un acuerdo en el que la OCDE llevaba más de siete años trabajando en un proyecto conocido como Marco Inclusivo sobre BEPS (erosión de la base imponible y el traslado de beneficios), en el que participan más de 130 países, para que las grandes multinacionales tributen en el lugar donde tienen el negocio y no donde les resulte más barato. El impulso del pasado G-7, celebrado a inicios de junio en Londres, fue decisivo para lograr un acuerdo de mínimos, así como el liderazgo de la nueva Administración de Estados Unidos del presidente Joe Biden y de su secretaria del Tesoro, Janet Yellen. También la reunión entre ministro de Economía en el marco de la presidencia de turno del G-20 celebrada en Venecia el pasado julio.
Los tonos y la manera de abordar las cuestiones globales cambiaron sustancialmente en la apertura del sábado del G-20 en Roma. El primero con el nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, de manera presencial. En la primera sesión plenaria, el líder estadounidense hizo hincapié en la medida como una acción conjunta de la comunidad global en favor de las personas a través de una justa redistribución de la riqueza. La observación pone en evidencia los temas de fondo que recorren los trabajos de la cumbre: la necesidad de reactivar el mutilateralismo malherido, el lastre de la desigualdad, entre países y dentro de una misma sociedad.
Precisamente en ese sentido se pronunció el anfitrión de la cita, el presidente del Gobierno italiano, Mario Draghi, hizo un llamamiento a las potencias reunidas a buscar soluciones multilaterales a los problemas globales. “En muchos sentidos, el multilateralismo es la única respuesta posible. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para superar nuestras diferencias y reactivar el espíritu que llevó a la creación de este grupo”, dijo Draghi, que subrayó la insostenible desigualdad en el reparto mundial de vacunas.
La vicepresidente primera del Gobierno de España, Nadia Calviño, señaló que el presidente Pedro Sánchez insistió en el plenario, igual que otros líderes “en la necesidad de poner en marcha lo antes posible este acuerdo”. El comunicado final situará el objetivo para aplicar este tipo mínimo en 2023, pero al Gobierno español le gustaría que fuera mucho antes. España tiene la ventaja de que ya tiene este compromiso del 15% como tipo mínimo efectivo en el impuesto de sociedades en los Presupuestos que ha pactado la coalición y ya están registrados en el Congreso.
Si bien la primera jornada está especialmente dedicada a la pandemia y la recuperación económica, el asunto climático sobrevuela las sesiones. La cumbre de Roma actúa como prólogo de máximo nivel a la COP26, que está previsto se celebre en Glasgow en los próximos días. El G-20 refleja dos de los tres grandes grupos geopolíticos clave en esta y otras cuestiones: las potencias desarrolladas, responsables de gran parte de la contaminación acumulada, y las emergentes, con menos historia, pero mucho presente y futuro contaminante. Faltan aquí los países más desfavorecidos. Es improbable que la cumbre alumbre compromisos firmes relevantes, pero el tono político de las conclusiones tiene una gran relevancia en el marco de las negociaciones globales en esta materia.
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La cumbre y sus prolegómenos son también ocasión para mantener citas bilaterales. El presidente de EE UU, Joe Biden, se reunió este viernes en Roma con el Papa, con su homólogo francés, Emmanuel Macron, con el que abordó las recientes discrepancias a cuenta de una importante venta de submarinos a Australia, y con el anfitrión, el italiano Mario Draghi. Biden también tiene previsto reunirse con Angela Merkel, que será acompañada en la cumbre por su probable sucesor, Olaf Scholz. Abundan los motivos de tensión, desde los avances militares de China hasta la fricción marítima entre Francia y el Reino Unido, cuyos líderes también tienen prevista una cita bilateral este domingo, en medio de una inquietante escalada de reproches.
España, como es habitual desde 2008, participa como invitado aunque no sea miembro. Pedro Sánchez ha acudido a Roma y ha organizado una serie reuniones bilaterales con varios líderes, pero no con Joe Biden, el presidente de EE UU, con el que sí se ha saludado y ha conversado en los momentos previos a la cumbre, como se puede apreciar en algunas imágenes. Sánchez ha aprovechado el contexto de la cumbre para hacer un anuncio en el plenario: España llegará a los 50 millones de vacunas donadas en el primer trimestre de 2022. “Es decir que cada español donará más de una vacunas a los países más vulnerables. España insiste en la necesidad de una respuesta solidaria”, ha resumido la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.
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