Las marchas sobre Roma y Washington
En uno de los pasajes más evocadores de En busca del tiempo perdido, el narrador describe la sugestión que le causó la observación de los dos campanarios de Martinville desde los cambiantes ángulos proporcionados por el movimiento de la carroza en la que viajaba. Quizá los campanarios puedan interpretarse también, metafóricamente, como acontecimientos sobresalientes —de la vida de uno o de la historia— en los que es enriquecedor fijarse desde distintos puntos de vista, en el tiempo.