Recuperado, expresa. “Ya me siento bien; ayer y hoy he ido a La Table. La comida no es mala. El vapor es muy bonito, aunque inferior en todo al Mauritania. Tiene tres puentes; un comedor parecido al salón comedor blanco del café Martín, un smoking room; un salón de conversación, lo que los ingleses llaman lounge, también de color blanco con adornos dorados y cortinas verde claro; en este salón de conversación está la biblioteca y también unas mesas, con recado de escribir. Aquí es donde tres veces al día se dan conciertos.” Citas de Américo Lugo Correspondencia, edición de Andrés Blanco Díaz, 2020 AGN.

Ya en Santo Domingo, Lugo se dirige a Dolores Romero -en París junto a su hijo Américo de 14 años, el Brujito, quien estudia en el Colegio Rollin. “Ayer a mediodía llegué a esta capital, después de 15 días de viaje, pues me embarqué en Nueva York el 30 de septiembre. Hemos perdido 2 días en Turks Islands, 3 en Puerto Plata, 2 en Sánchez y 2 en Macorís.

“Me he hospedado en el Hotel Francés. Encuentro triste la ciudad y todas las personas con quienes he hablado me dicen que esta población ha perdido mucho como centro profesional a causa de la creación de la Corte de Apelación de Santiago de los Caballeros.

“El arreglo de las calles sigue, y ya están terminando las del Comercio y Las Mercedes. Todo el mundo habla de lo terrible del ciclón del 26 de septiembre, día que desembarqué yo en Nueva York bajo un cielo sereno. Están tumbando a San Nicolás las ruinas que están frente a don Abraham León (q.e.p.d.). Esa demolición es una barbaridad, pues se trata de la primera iglesia que se edificó en América, de modo que el valor histórico de ese monumento es insuperable.”

Exclama. “Aquí hace un calor insoportable y mucho polvo. ¡Cómo se olvida uno, por allá, de las molestias de acá!” Y pasa al cotilleo. “Antier noche Homero Brea quiso matar a José R. López, disparándole, sin resultado, dos tiros de revólver, porque en unas Serpentinas que publica López en el Listín se alude al papá de Brea. El compromiso de Flérida y Quiquí se acabó. Dicen que la oposición de Enrique ha sido la causa de que este resolviera irse a Nueva York. Y parece que es mentira que haya estado nunca loco. Todo ha sido propaganda.”

Lugo alude a Enrique Apolinar Henríquez de Castro (1886-1977), apodado Quiquí, y quizá a Flérida Lamarche Henríquez (1891-1976), quien se uniría a Sócrates Henríquez Nolasco, en nuestras letras Flérida de Nolasco. Parte de la prodigiosa Arca de Noel Henríquez Altías, sefardita curazoleño. Quiquí, masón y escritor, presidente de los Bibliófilos, hijo del poeta y canciller de Lilís Enrique Henríquez Alfau y Lea de Castro, promotores del ensanche La Primavera. Padres del poeta Rafael Américo y de Abad, “don Babá”, fundador con Guillermina Medrano del Instituto Escuela.

Continúa nuestro Lugo su relato. “Luisa (Ozema) Pellerano tiene un varón: don Fellé (Federico Henríquez y Carvajal) no me ha procurado; lo que da idea de lo sentido que debe estar conmigo por el cuento de la roba. Nené Ravelo y su mamá están en Alemania, mi compadre Alfau sale pronto para Europa, y el ministro Velázquez se embarca con el mismo destino llevándose de paseo a Gachén.”

Un mes más tarde, Lugo se explaya sobre la urbe, que se moderniza. “Esta ciudad de Santo Domingo de Guzmán, en cambio, está perdiendo el carácter de vetustez que la hacía adorable a mis ojos. El arreglo de calles continúa. Van a comenzar la carretera a San Cristóbal. Han establecido el telégrafo sin hilo: las oficinas están en la Plaza Colombina, detrás de donde nosotros vivíamos. San Nicolás está casi en el suelo y la Casa Consistorial está al terminarse.

“Poco arte, es cierto. Ninguna de las nuevas construcciones lo revela. El Octeto está poco concurrido. Anoche hubo baile en el Club Unión dedicado a Isabelita Mayer, de Guayubín. Se van a inaugurar un Liceo Musical y la Academia de Pintura.

“En cuanto a mí, sigo comiendo en el Hotel Francés, estudio mucho, voy a donde Mercedita algunas veces y trato de imprimirle algún impulso al Ateneo. Mucha gente se dispone a ir a Europa el año entrante, pero en su mayoría hombres. De mujeres no sé sino de Cheíta Guzmán quien se irá junto con Chuchú.

“Se casó D. Antonio Guzmán en Puerto Rico, pero antes de irse pidió inútilmente la mano de Mercedita, de quien estaba perdidamente enamorado. Doña Amalia y Gloria llegarán el 6 de diciembre. Mercedita está gruesísima: Ya sonó la hora de la jamonería. ¡Al fin! Ya era tiempo, pues debe ser más vieja que Matusalén.”

A vuelta de hoja del calendario, el 12/02/1909, Lugo comenta los aprestos carnavalescos de la alta sociedad. “Ya es casi de noche y tengo que bañarme y vestirme antes de la cena. Siempre como aquí, generalmente fritangas, que es lo que me gusta. Esta noche pienso asistir a los ensayos de cuadrilla con juego de carnaval que habrá en el Casino de la Juventud. Ayer le escribí y le llevé el Mensaje a la reina Aurora I. Por supuesto, que el tal Mensaje no vale una guayaba.”

El domingo 14 de febrero, anota. “Esta tarde apenas puedo escribir. Hay como 60 coches engalanados, todos llenos de personas que juegan carnaval. El balcón y la acera de los Pellerano están cuajados de muchachas. Entre las jugadoras en coche he visto pasar a la reina Aurora, a su hermana María, a la señora de Mazo, Yilinllo Bona, Jacinto de Castro, a Lati, Isabelita Pellerano, las Suazo, las Deogracia, Luisa García Alfonseca, las Rodríguez y muchas otras más. Las calles están inundadas de confetis. Dicen que esta noche seguirá el juego en el parque y en el teatro. La función de esta noche está dedicada a la reina de la Macarena.”

“Antier noche también se jugó mucho en los ensayos del Casino. Creo que la única persona que no jugará carnaval sería yo. Ahora mismo estoy aquí en mi escritorio, apartado de todo, aunque a cada palabra que te escribo tengo que soltar la pluma e ir a la ventana, porque es un incesante pasar de coches y hay una algazara y una alegría extraordinarias en la calle.

El 23/02/09, Lugo retoma la pluma y escribe a su hijo adolescente en París. “No tienes idea de las fiestas que hay aquí. El carnaval está muy animado; pero ya apenas hay diablos ni mojiganga, sino que se engalanan coches y las muchachas se pintan y se adornan para arrojarse unas a otras confetis, serpentinas y flores y los jóvenes y las muchachas sostienen verdaderas batallas de flores.

“Las Vidal, las Vásquez y las Ricart forman un grupo muy unido que no ha faltado a nada, María está una señorita muy graciosa y era una de las damas de la Corte o, mejor dicho, todavía lo es. Su hermana Josefa, según Reina, será una notabilidad en el piano, si estudia 6 o 7 horas diarias, lapso que hay que consagrarle al piano si se quiere sobresalir y hacer que florezcan las facultades naturales del estudiante. Pero no creo que Josefa tenga suficiente voluntad para cumplir semejante programa, sobre todo, solicitada y agasajada como se ve por esta sociedad.

“La Sanlley (Chichita) es una de las jugadoras más valientes. Aurora I no puede salir a la calle sin verse aclamada por el pueblo. Te mando los últimos periódicos. Estudia mucho, y dale un beso a mi Bruja, y recuerdos a Mme. Notté.”

Dos años más tarde, el 8/02/1911, reporta a su “Cucusita” el regreso a la ciudad tras un viaje de 20 días. “Amanecimos el 6 en el Placer de los Estudios que estaba felizmente como un plato. Desembarcamos a las 8 y me he hospedado aquí en casa de papá en la calle del Conde, porque tengo necesidad de tranquilidad para escribir mi segundo informe y en el hotel no la encontraría. Además, con ello complazco a los viejos. Estaré aquí muy poco tiempo, pues me mudaré en cuanto consiga una casa a propósito.” Le informa que don Fed y Luisa Ozema perdieron su niñita a la edad que el otro.

Entre el 12/7 y el 30/8 de 1910, Lugo asistió como delegado a la 4ta Conferencia Panamericana en Bs. Aires.

“Cucusita, no tienes idea de lo bonita que está la capital. Las calles están arregladas; la carretera está terminada hasta Haina, adonde se va en automóvil en 15 minutos, y por disposición del Ayuntamiento los propietarios de casa están obligados a tener las fachadas de estas muy pintaditas. Al llegar se siente una impresión de limpieza y buen gusto.

“Hay algunos automóviles de alquiler y también algunos particulares. Hay, además, ‘guaguas’ que hacen el servicio del río hasta San Gerónimo.

“Noto también mucho lujo y las mujeres más a la moda. Entre las visitas se me olvidaba decirte que estuve en casa de Teresa Sánchez, quien se va en abril para Boston con Poppy y Andresito para atender a la educación de éstos. Poppy está una señorita y Andresito está casi un hombre y muy buenmozo. Encontré a Poppy con un entravé tout a fait parisien.”

El 9 de febrero de 1911 apunta. “Los días son preciosos y hay agradable temperatura. Se preparan grandes fiestas para el 27 con motivo de la apoteosis de Duvergé. El 25 habrá un baile en el club en honor de Mon costeado por Peynado, Michelena y dos más. Mercedita piensa asistir. Habrá un premio para la dama que lleve el peinado más artístico.

“Estoy buscando casa y, si no encuentro otra que me convenga más, tomaré probablemente la misma que tenía antes de don Juan de la Cruz Alfonseca, frente a los Pellerano. Los Vásquez salieron para esa (Paris) poco antes de yo llegar, llamados por su papá (Leonte, hermano de Horacio). Parece que Estela tenía un enamorado y, como no le escribía a Enriquillo (Henríquez), quizá por todo ello Leonte decidiría que se fueran para Europa. El enamorado era un hermano de Mon.”

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