¿Olvidas y recuerdas cosas con facilidad? Esta es la razón

Olvidar cosas es algo natural. De igual manera, y como contraste, a veces nos cuesta olvidarnos de algunas cuestiones puntuales como pueden ser los recuerdos de experiencias realmente ingratas, vivencias de las que resulta complicado desprenderse.

Lo que llamamos memoria depende de varios sistemas diferentes con distintas características. Si bien solemos asociarla con el recuerdo de los eventos autobiográficos, hace varias décadas que se han descrito diferentes sistemas que dan cuenta de todos los aprendizajes, como andar, escribir, hablar, conducir, andar en bici, dibujar o aprender una canción.

Aquellas experiencias con alto significado emocional, ya sea positivo o negativo, quedan impresas en los circuitos de memoria de un modo más duradero. La permanencia de estos recuerdos con alta carga emocional nos ha ayudado a evolucionar como especie, porque gracias al hecho de recordar acontecimientos significativos hemos podido moldear nuestra conducta, preparándonos para eventos futuros y favoreciendo con ello la supervivencia.

Recientes estudios demuestran que existen diferencias individuales en la capacidad para distribuir los recursos atencionales. Eso hace que existan personas más vulnerables a la interferencia de información distractora, lo que puede influir en su capacidad para recordar algo concreto.

Si al volver a tu casa, dejas las llaves sobre la mesa, mientras usas el teléfono, te descalzas y te diriges a la cocina, un sinfín de fuentes distractoras consumen tus recursos atencionales. Por lo tanto, es probable que luego debas dedicar un tiempo a buscar las llaves. Los que muestran una mayor capacidad para gestionar estos recursos cognitivos limitados, recordarán con mayor probabilidad dónde pusieron las llaves, al ignorar de forma más eficaz la información distractora.