Asocian el COVID-19 con un aumento de biomarcadores del alzheimer en sangre
La infección con COVID-19 se asocia con déficit cognitivos persistentes y con un aumento en los biomarcadores del alzheimer en la sangre, según investigaciones aún no publicadas y presentadas en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer.
El autor principal de uno de los estudio Thomas Wisniewski, de la Universidad de Nueva York, indicó que los resultados “sugieren que los pacientes que tuvieron coronavirus pueden tener una aceleración de los síntomas y la patología relacionados con el alzheimer”.
Sin embargo, advirtió de que es necesaria “más investigación longitudinal para estudiar cómo estos biomarcadores impactan en la cognición de los individuos que tuvieron COVID-19 a largo plazo”.
El equipo estudió la presencia de algunos biomarcadadores sanguíneos, la neurodegeneracón y la neuroinflamación en muestras de plasma de 310 pacientes con edad avanzada hospitalizados con coronavirus en Nueva York.
Los marcadores biológicos de lesión cerebral, neuroinflamación y Alzheimer “se correlacionan fuertemente” con la presencia de síntomas neurológicos en los pacientes de COVID-19.
Algunos marcadores biológicos en sangre, como la proteína tau total (t-tau), los neurofilamentos ligeros (NfL) o la proteína ácida fibrilar glial (GFAP) son indicadores de lesiones cerebrales, neuroinflamación y enfermedad de Alzheimer.
De los pacientes, 158 fueron positivos al SARS-CoV-2 con síntomas neurológicos (el más frecuente es la confusión debida a la encefalopatía tóxico-metabólica) y 152 sin ellos.
En los pacientes inicialmente normales desde el punto de vista cognitivo, con y sin EMT relacionada con el coronavirus, los investigadores encontraron niveles más altos de t-tau, NfL y GFAP.,
Otra investigación presentada en el congreso que se celebra virtualmente y en Denver (EE.UU), apunta a que el deterioro cognitivo se correlaciona con la pérdida persistente del olfato en pacientes recuperados de la infección.
Para ello estudiaron la cognición y el sentido olfativo en casi 300 adultos mayores amerindios de Argentina que fueron seguidos entre tres y seis meses.
Más de la mitad mostró problemas persistentes de olvido, y aproximadamente uno de cada cuatro tenía problemas adicionales de cognición, incluyendo el lenguaje y la disfunción ejecutiva.
Estas dificultades se asociaron con problemas persistentes en la función olfativa, pero no con la gravedad de la enfermedad COVID-19 original.
“Estamos empezando a ver conexiones claras entre el coronavirus y los problemas de cognición meses después de la infección’, por lo que hay que continuar los estudios y extenderlos en el tiempo, indicó el autor principal Gabriel de Erausquin, de la Universidad de Texas.
Las personas que han superado la enfermedad pero experimentan un deterioro cognitivo son más propensas a tener una mala condición física y una baja saturación de oxígeno tras un esfuerzo físico, señala otra investigación de la Universidad de Tesalia (Grecia).
La vicepresidenta de relaciones médicas y científicas de la Asociación Alzheimer, Heather Snyder, señaló que todos estos nuevos datos “apuntan a tendencias preocupantes que muestran que las infecciones por coronavirus conducen a un deterioro cognitivo duradero e incluso a síntomas de Alzheimer”.
Synder destacó que “es imperativo” seguir estudiando lo que este virus “está haciendo en nuestros cuerpos y cerebros. La Asociación de Alzheimer y sus socios están a la cabeza, pero se necesita más investigación”.