Elsa Núñez: “No puedo pintar si no tengo mi aparato de música en mi estudio”
—¿Qué aspecto de tu carácter te define mejor?
Me considero muy auténtica en mi trabajo, muy exigente conmigo misma, me gusta reinventar, me gusta investigar para agregar a mi obra elementos que la enriquezcan. Soy también muy despistada desde niña.
—Qué irrita a Elsa Núñez.
La injusticia, la traición y la corrupción.
—¿Un día típico para ti?
Relajada en el campo disfrutando de la naturaleza, lejos del mundanal ruido, escuchando música de Chopin, que me encanta.
—¿Recuerdas tu primera experiencia con el arte?
No exactamente, pero sí cuando rayaba las paredes o garabateaba en la casa, y mi madre me forraba una parte de la pared para que yo pintara. Cuando cumplí 12 años me inscribieron en Bellas Artes, aunque la edad reglamentaria era los 14, pero al final me aceptaron y me quedé como estudiante hasta que me gradué y me fui a hacer un posgrado en Madrid.
—¿Qué obra marca un antes y un después en tu vida?
“Las patéticas” es una obra que realicé durante la Guerra de Abril, luego del asesinato de mi hermano por las tropas invasoras norteamericanas.
—Lo peor y mejor del mundo del arte.
Lo peor es cuando alguien realiza un plagio de tu obra y la venden como original, eso es decepcionante, y lo mejor es el momento de gestación de una obra en tu interior y que luego plasmas en el lienzo, es como un parto feliz, un disfrute indescriptible.
—El color es muy importante en tu trabajo, si tuvieras que escoger solo uno, ¿cuál sería?
Mi color preferido es el violeta, aunque cuando trabajo la tierra, que me apasiona, me gusta el Siena tostada, pero mi favorito es el violeta.
—¿Algo sin lo que no puedas vivir en tu estudio?
Mi aparato de música, no puedo pintar si no lo veo porque allí pongo piezas de grandes maestros y trabajo con la música de fondo; hay una comunión entre la música y mi pintura.
—Si tus cuadros pudieran hablar, ¿qué dirían de ti?
“¡Pero esta artista es una apasionada del color y de la pasta, de la textura. Me siento muy bien cuando ella aplica sus pinceladas en mi espacio!”.
—¿Qué cuadro salvarías de un incendio?
El retrato de mi madre, ella me llenó de amor y ternura, me enseñó a amar a Dios y al prójimo, y realmente no podría dejar que un retrato que hice con tanto amor se pierda.
Tu otro gran talento es…
La música, de hecho estuve estudiando piano cuatro años con la gran pianista Aidée Tallat y luego tomé un curso de dos años de guitarra. Pero he comprendido que soy pintora, que solamente me apasiona la pintura, es mi profesión.
— ¿Qué decía la mejor crítica de tu carrera?
Voy a citar una de las críticas que Marianne de Tolentino escribió de mi obra: “Dotó de alma al paisaje y convirtió la mujer en diosa de la naturaleza”. Me encantan estas frases.
—Ese libro que planeas leer…
La Biblia. Ya he comenzado y es apasionante, descubre tantas cosas y episodios que ocurrieron en el Nuevo y Viejo Testamento… me encanta.
—¿Qué podrías comer cualquier día y a cualquier hora?
Espaguetis al dente, me encantan.
—¿Con qué personaje histórico tendrías un vis a vis?
Para ser sincera, sería Jesucristo, aunque constantemente estoy en comunicación con él, pero es el personaje histórico que más admiro.
—¿Cuándo y dónde has sido más feliz?
A lo largo de mi vida y mi carrera he tenido momentos muy felices; tuve unos padres maravillosos, una linda familia, un excelente compañero que siempre me apoyó y un gran colaborador, y ahora me siento muy feliz porque estoy creando con el mismo entusiasmo de mis años mozos.