El Pentágono cancela con Microsoft un contrato por 10.000 millones de dólares para almacenar datos en la nube
El Pentágono anunció el martes la cancelación del polémico contrato de 10.000 millones de dólares, adjudicado hace dos años a Microsoft frente al otro gran competidor, Amazon, para almacenar datos en la nube, lo que generó una fuerte batalla entre Microsoft y Amazon. La compañía de Jeff Bezzos recurrió entonces la multimillonaria concesión. La decisión de Defensa en octubre de 2019 fue una sorpresa, ya que el principal favorito era Amazon, pero Bezos, quien estaba enfrentado al entonces presidente de EE UU Donald Trump, disparó las críticas de falta de imparcialidad en el proceso. Defensa ha anunciado en un comunicado que reiniciará el proceso para adjudicar un nuevo concurso.
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El contrato, llamado Empresa de Infraestructura Conjunta de Defensa (JEDI, en inglés), tiene como objetivo sustituir los sistemas de almacenaje propios por los de datos en nube de gigantes tecnológicos, lo que permite acceder a la última tecnología y a servidores masivos. “Con el actual entorno tecnológico cambiante, ha quedado claro que el contrato de JEDI Cloud, que se ha retrasado desde hace mucho tiempo, ya no cumple con los requisitos para llenar las deficiencias del Departamento de Defensa en cuanto a recursos”, precisó el Pentágono. Por lo tanto, Defensa abrirá el proceso a más compañías aparte de Microsoft y Amazon vuelve a estar en la competición, aunque había llevado el caso a los tribunales. La apuesta se libra, como recuerda la nota del estamento militar, entre Amazon y Microsoft- porque “son los únicos proveedores de servicios en la nube capaces de reunir los requisitos”, basándose en su propia “investigación de mercado”.
En la declaración de Defensa, no se menciona en ningún momento, de forma directa, el hecho de que Amazon impugnó legalmente al Pentágono por el contrato otorgado a Microsoft. Además del valor económico del contrato en sí, su importancia va aún más allá, ya que esta adjudicación -la mayor en la historia del Pentágono en el ámbito tecnológico- se ve como la pionera a la que pueden seguir otras agencias gubernamentales. En las semanas previas a la adjudicación, Trump habló varias veces en público de las quejas presentadas por competidores iniciales de Amazon, como la misma Microsoft, IBM o Oracle.
El fin del proyecto es almacenar y procesar grandes cantidades de datos clasificados, lo que permitiría al ejército de Estados Unidos mejorar las comunicaciones con sus tropas en el campo de batalla y utilizar la inteligencia artificial para acelerar su planificación bélica y otros recursos de combate. La iniciativa se fraguó bajo el mandato del entonces secretario de Defensa de Trump, quien aspiraba a que JEDI sirviera de plataforma para la adopción en el Pentágono de la Inteligencia Artificial necesaria para competir con China.
Cuando el principal favorito para embolsarse la adjudicación era Amazon, Bezos acusó a la Administración, y concretamente a Trump, de haber tomado una decisión política y presentó una demanda judicial. “Numerosos aspectos del proceso de evaluación de JEDI contenían claras deficiencias, errores y un sesgo evidente, y es importante que estas cuestiones sean examinadas y rectificadas”, indicó la empresa de Seattle (Estado de Washington, EE UU) en un comunicado en octubre de 2019.
Por aquel entonces, Trump mantenía una pugna abierta con Bezos, ya que además de poseer Amazon, es el dueño del diario estadounidense, uno de los medios más críticos con la gestión del presidente republicano. Según Defensa, todas las partes fueron “tratadas de forma justa y evaluadas de forma consistente con los criterios de evaluación establecidos” en la convocatoria.
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