Suiza renuncia a firmar un nuevo acuerdo marco para la relación con la Unión Europea
El Gobierno suizo ha anunciado este miércoles que desiste de firmar el nuevo acuerdo marco institucional con la Unión Europea, que ambas partes comenzaron a negociar en 2014. Las negociaciones, estancadas tras la petición de Berna de retocar un texto que se había cerrado en 2018, han llegado para los suizos a un punto de no retorno. El Ejecutivo helvético no ha logrado superar la división interna, con los partidos y la economía enfrentados en torno a un documento que reunía los principales pactos que ya rigen entre las dos partes y pretendía establecer mecanismos más estables para el desarrollo futuro del acceso suizo al mercado único. Bruselas ha avisado repetidamente a Berna de que sin la firma de ese pacto institucional será muy difícil alcanzar nuevos acuerdos y evolucionar la relación. La Unión es el primer socio comercial del pequeño país alpino (8,5 millones de habitantes).
Tras conocerse la decisión, la UE ha “lamentado” el paso dado por Suiza. “Sin este acuerdo, la modernización de nuestra relación no será posible y nuestros acuerdos bilaterales inevitablemente envejecerán: han pasado 50 años desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio, 20 años desde los acuerdos bilaterales I y II [los principales entre ambas partes]. Hoy en día, no están a la altura de lo que deberían y podrían ser las relaciones entre la UE y Suiza”.
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Para el Ejecutivo suizo (el Consejo Federal, un órgano colegiado de siete miembros de los principales partidos), pese a las negociaciones con la Unión Europea aún hay “diferencias sustanciales” y, por tanto, “no se cumplen la condiciones para firmar el acuerdo”. Consciente del portazo a Bruselas tras años de negociación, el Consejo Federal ha recalcado en una nota que considera “que es de interés común para Suiza y la UE asegurar la cooperación bilateral probada y comprobada y continuar de manera coherente con los acuerdos existentes”, por lo que pretende “iniciar un diálogo político con la UE sobre una mayor cooperación”.
Los acuerdos actuales han tejido una tupida red de intereses comunes. El 52% de las exportaciones suizas tienen como destino la UE (110.000 millones de euros en 2018), y el 70% de las importaciones llegan del entorno comunitario. La mitad de las inversiones suizas en el exterior se localizan en la Unión, según datos oficiales, y el mercado laboral también está muy entrelazado: cerca de 458.000 suizos trabajan en la UE; 1,4 millones de ciudadanos comunitarios, de Noruega y el Reino Unido viven en Suiza, y 315.000 cruzan a diario la frontera para trabajar en el pequeño país. Suiza es el cuarto socio comercial de la UE.
El país rechazó entrar en la UE en 1992 (en el entonces Espacio Económico Europeo), pero ha logrado a lo largo de los años con diferentes acuerdos (hay más de 120) un acceso amplio al mercado común. La decisión de este miércoles abre previsiblemente una etapa de hielo con Bruselas que afectará a la relación bilateral.