Ebrard capitaliza la llegada de la vacuna y refuerza su influencia
A finales de octubre, cuando Andrés Manuel López Obrador buscaba sustituto para encabezar la Secretaría de Seguridad, por los pasillos del Palacio Nacional volvió a sonar el nombre de Marcelo Ebrard. En los dos años de sexenio, el canciller se ha erigido en la figura más fuerte del Gabinete, una suerte de vicepresidente de facto, ampliando su área de influencia más allá de las relaciones exteriores. Una presencia cada vez mayor que no deja de levantar ampollas entre un sector del Gobierno, acaso el más ideológico, que ve en los movimientos de Ebrard una ambición personal de cara a una hipotética sucesión presidencial dentro de cuatro años.