EE UU afirma que no ha visto las pruebas que según Israel demuestran la presencia de Hamás en el edificio bombardeado el sábado
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha asegurado este lunes en Copenhague, donde se encuentra de visita oficial, que no ha visto pruebas sobre la justificación esgrimida por Israel —la presencia de “activos de inteligencia” de Hamás— para bombardear el edificio de Gaza que albergaba a varios medios internacionales, y que fue destruido el sábado por el impacto de dos misiles. “EE UU ha pedido información adicional” a Israel sobre la “justificación” del ataque que redujo a escombros y polvo la torre de 12 pisos donde tenían sus oficinas la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP), que quiere una investigación independiente sobre lo sucedido, y el canal de televisión de Qatar Al Jazeera, entre otros, ha dicho Blinken.
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“Poco después del ataque solicitamos [a Israel] detalles adicionales sobre los motivos que respaldaron” la acción, dijo Blinken, que afirmó no haber visto supuestas informaciones compartidas por las autoridades israelíes (”les corresponde a otros sopesar los asuntos de inteligencia”, matizó) y por ello no se pronunció sobre la legitimidad del ataque. La torre Jala, que albergaba las sedes de AP y Al Jazeera y unos 60 apartamentos, fue calificada por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de “objetivo perfectamente legítimo” en una conversación telefónica con el presidente Joe Biden este sábado. Este domingo, Netanyahu aseguró en declaraciones a la cadena de televisión CBS que esas evidencias se entregarían “a través de los canales de inteligencia”, sin aclarar si el trámite se ha realizado.
“Israel no ha presentado evidencias de que el edificio [atacado] estaba siendo utilizado por Hamás”, ha precisado la Federación de la Prensa Extranjera (FPA) en Israel al tiempo que exige una investigación oficial, en alusión al argumento de los portavoces militares para justificar la destrucción de la torre Jala de Gaza, informa Juan Carlos Sanz.
A la vez que recordaba el “intenso esfuerzo diplomático entre bastidores” emprendido por EEUU para poner fin a la violencia, que este lunes ha entrado en su segunda semana, Blinken dejó de nuevo claro el apoyo de Washington a su socio: “Israel tiene derecho a defenderse, no se puede equiparar con un grupo terrorista como Hamás, pero como democracia tiene una carga [responsabilidad] adicional para hacer todo lo posible para evitar víctimas civiles”, dijo el jefe de la diplomacia de EEUU en una rueda de prensa en Copenhague, desde donde viajará a Reikiavik para participar en una reunión del Consejo Ártico. Sobre la implicación diplomática de su país, Blinken matizó no obstante que EEUU aún no ha impulsado un inmediato alto el fuego entre Israel y Hamás. “En última instancia, depende de las partes dejar de manifiesto que quieren alcanzar un alto el fuego”, declaró.
Blinken sí instó a Hamás a detener “de forma inmediata” el lanzamiento de misiles a territorio israelí. La suerte de los civiles preocupa especialmente a EEUU, aseguró, así como el riesgo al que se ven sometidos el personal médico y los periodistas que trabajan en la Franja. “Palestinos e israelíes tienen derecho a vivir en paz y en seguridad”, añadió sin salirse del guion de la Casa Blanca el titular de Exteriores estadounidense, que ha mantenido contactos en las últimas horas con actores relevantes en el conflicto para intentar alcanzar un alto el fuego.
Aunque Blinken desmintió en Copenhague el bloqueo diplomático estadounidense, las reticencias de Washington, y su “inquebrantable apoyo” a Israel, impidieron la adopción de una declaración común en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada este domingo, según diplomáticos con acceso a la discusión, mientras en las filas demócratas crece el coro de voces que exigen a Biden una mayor implicación en el conflicto. El presidente, sin embargo, resiste la presión de sus correligionarios sin apartarse ni un milímetro del mensaje oficial: apoyo inquebrantable “al derecho a la seguridad y la defensa de Israel”, llamamiento a Hamás para que cese en el lanzamiento de cohetes y súplicas por la seguridad de los civiles.
La Administración de Biden, cuya hoja de ruta en política exterior pretendía orillar los conflictos de Oriente Próximo y Afganistán para centrarse en China, ha rehusado hasta ahora criticar las acciones militares de Israel o enviar un emisario de alto nivel. La mediación in situ ha recaído en el subsecretario para Asuntos Palestinos y de Israel del Departamento de Estado, Hady Amro, que llegó el viernes a Israel y cuyas gestiones no parecen haber dado fruto hasta el momento. En paralelo, Washington orquesta con Egipto, Qatar y Jordania una iniciativa diplomática a varias bandas para lograr una tregua en las hostilidades.