Biden propone un plan de 1,8 billones de dólares para mejorar la protección social
Una noche antes de cumplir 100 días en el poder, Joe Biden se dispone a exponer ante el Congreso de Estados Unidos este miércoles un plan de bienestar social para el país que ya es comparado con el New Deal, de Franklin D. Roosevelt, de la década de los años treinta del pasado siglo, o la ambiciosa expansión económica de Lyndon B. Johnson en los sesenta. En una sesión conjunta de las dos Cámaras, Biden propondrá un proyecto a 10 años que destinará 1,8 billones de dólares a “mejorar la vida de millones de norteamericanos” y que ha sido bautizado como el “Plan Estadounidense para las Familias”. Lo que sucederá esta noche en el Capitolio no es un discurso oficial del estado de la Unión, ya que los últimos seis presidentes decidieron no darlo en su primer año de mandato, debido a que está muy cercano en el tiempo el discurso de inauguración presidencial.
Si su primera victoria legislativa fue el histórico paquete de rescate de la economía de 1,9 billones de dólares -financiado a través de la deuda-, este significativo plan -una apuesta por el Estado del bienestar que nada tiene que envidiar a los países europeos- está destinado a sufrir a su paso por las negociaciones en el Capitolio. La Casa Blanca pretende pagar su proyecto social con un alza del impuesto sobre la renta a los más ricos -del 37% al 39,6%-, combatiendo el fraude fiscal y doblando el gravamen a las ganancias del capital a aquellos que ganen más de un millón de dólares al año. En otras palabras: se revierte parte del plan de impuestos de Donald Trump de 2017. La oposición republicana será feroz, entre otras razones por las cuales desde las filas de ese partido se repite como un mantra que semejantes subidas de los impuestos solo perjudicarán a la economía.
El cambio de paradigma se expondrá en la noche del lunes en el Capitolio. Pero Biden ya había adelantado la magnitud de la medida que se dispone a adoptar la Administración Biden-Harris (así es como la Casa Blanca ha decidido nombrar a esta Administración). “El Plan Estadounidense para las Familias es una inversión en el futuro de nuestra nación que sucede una vez en generaciones”, aseguró el mandatario. “Se trata de una inversión en los niños y sus familias, ayudando a esas familias a cubrir gastos básicos que muchos no se pueden permitir en estos momentos, bajando el precio de los seguros médicos y luchando para reducir la pobreza infantil”. En opinión de la Administración Biden-Harris, la inversión en la economía y en los trabajadores americanos hará posible que EE UU pueda competir con China y otros países del mundo.
Ayudar a la economía norteamericana a recuperarse y reconstruirse tras la devastación sufrida por la pandemia de coronavirus fue uno de los anzuelos que lanzó Biden para capturar votos durante la campaña electoral que le dio la victoria. El mandatario, que de convertir en realidad su apuesta por un estado del bienestar se ganará un lugar en el panteón demócrata junto a Roosevelt y Johnson, quiere reorientar los programas sociales para ayudar a los más pobres.
Del nuevo plan destaca algo de lo que, paradójicamente, carece el país más poderoso del mundo: la ampliación en cuatro años del sistema de educación pública gratuita. En la actualidad, los niños comienzan el colegio con cinco años y recorren así 12 hasta el final del instituto con 18. El proyecto demócrata también establece un periodo de baja remunerada de 12 semanas por maternidad y paternidad, al igual que por enfermedad. En palabras de la propia Casa Blanca: “Estados Unidos es uno de los pocos países en el mundo que no garantiza bajas remuneradas a sus trabajadores, por lo que se queda atrás respecto a sus competidores económicos en el número de mujeres que hay en la fuerza laboral”.
“Hay mucho que podemos hacer”, declaró Biden, sencillamente, el día que dio su primera rueda de prensa en la Casa Blanca. La aprobación del plan de estímulo económico ya marcaba un rumbo progresista en EE UU. El Plan de Empleo Estadounidense -aún en negociaciones y presupuestado en más de dos billones de dólares- supondrá invertir en EE UU como no se ha hecho nunca desde que este país ganó la carrera al espacio y construyó su sistema de autopistas interestatales. La tercera pata, la social, la que acaba por armar un estado del bienestar, ya está en marcha. En palabras de un comentarista de la Radio Pública Nacional (NPR, siglas en inglés), que definen a la perfección el momento que vive la presidencia de EE UU: “Biden es un hombre mayor [al que su edad le conmina a trabajar] con prisa”.
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