El chavismo hostiga a una ONG que gestiona comedores populares
Cada día una legión de cocineras en barrios populares de Venezuela prepara comida para 239 comedores en Caracas y 13 de los 23 Estados del país. Una labor silenciosa que desde hace cuatro años sostiene a 25.000 niños y sus familias, madres lactantes, embarazadas y adultos mayores en riesgo de desnutrición. Durante la pandemia, esas mujeres también han cocinado 65.000 almuerzos para trabajadores sanitarios de hospitales del país a los que, como al 96% de los venezolanos, sus ingresos no les alcanzan para comer. Es el trabajo social que inició el dirigente juvenil, Roberto Patiño, con las organizaciones Caracas Mi Convive y Alimenta La Solidaridad. Una tarea sobre la que ahora pesa la persecución de las fuerzas de seguridad del Gobierno de Nicolás Maduro. Este miércoles, comisiones de la Policía Nacional contra la Corrupción allanaron una de las sedes de la organización y la casa de los padres de Patiño y, además, la Superintendencia de Bancos ordenó congelar las cuentas de la ONG, lo que compromete su funcionamiento. Una orden de captura se ha girado contra su fundador, militante del partido Primero Justicia.