Un tiroteo en Texas deja al menos un muerto horas después del anuncio de Biden de regular las armas
Una ominosa advertencia toca a las puertas de Estados Unidos la tarde de este jueves. Un hombre ha abierto fuego contra al menos cinco personas, una de ellas un policía, en la localidad de Bryan (Texas), a 160 kilómetros al noreste de la ciudad de Houston. El atentado ha dejado un muerto y se produce horas después de que el presidente Joe Biden anunciara una serie de acciones ejecutivas para atender lo que él considera una “epidemia” de violencia provocada por la tenencia de rifles y pistolas en el país más armado del mundo. El gobierno local de Texas, un estado republicano, ha estado entre los primeros en repudiar el intento de Washington de regular el armamento. Siendo una coincidencia o no, este es el contexto que se presenta el tiroteo de Bryan, que se convierte en el cuarto ataque múltiple en la nación estadounidense durante 2021 y en el 113 en los últimos ocho años.
El Departamento de Seguridad Pública de Texas ha informado en las redes sociales que el policía fue herido cuando intentó capturar al atacante, un empleado de la fábrica de muebles Kent Moore Cabinets. El uniformado fue traslado a un hospital, donde ha sido operado y su condición es estable. Cuatro personas más están en estado crítico y una más resultó con heridas leves que no necesitaron un ingreso hospitalario. El jefe de policía de Bryan, Eric Buske, ha informado que el tirador ha sido capturado por la Policía de caminos (Texas Highway Patrol) y se encuentra bajo custodia. Las autoridades no han informado de momento las causas que llevaron al ataque al sospechoso ni cómo consiguió el armamento. Tampoco dieron detalles sobre el tipo de arma utilizada.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, ha señalado en un comunicado que el estado auxiliará en el proceso penal en contra del tirador. “Mi esposa Cecilia y yo estamos rezando por las víctimas y sus familias y por el agente herido en el intento de captura del sospechoso”, ha dicho. El mismo político había respondido horas antes a las medidas de regulación anunciadas en la Casa Blanca. “Biden está amenazando nuestros derechos consagrados en el artículo segundo”, dijo Abbott en referencia al texto constitucional que permite a los estadounidenses tener armas. “[Biden] Ha anunciado un nuevo intento liberal para hacerse de nuestras armas. NO permitiremos esto en Texas”, añadió el gobernador, quien anunció una legislación local para blindarse del decreto presidencial. El segundo estado más grande del país ha registrado siete tiroteos masivos con al menos tres víctimas mortales desde 2010.
El propio Biden admitió esta mañana en el jardín de las rosas que la lucha que su Administración emprende es “difícil”. Estados Unidos tiene más armas que población. Son al menos 400 millones de pistolas y rifles para 330 millones de personas. El decreto presentado por el mandatario demócrata se enfoca solamente en el armamento fantasma, conocido así porque es vendido por piezas sueltas y al que se le borran los números de serie de sus partes para hacer su rastreo más difícil. Esto, ha dicho el Gobierno federal, es solo el inicio de una serie de reformas venideras que tendrán que pasar una compleja aduana en el Congreso. Biden ha exigido a los legisladores dejar de tolerar un problema que ha dejado más de 11.400 muertes desde 2013 de acuerdo a Gun Violence Archive. Es una “vergüenza nacional”, dijo Biden.
El tiroteo de Bryan ocurre dos semanas después de otros ataques masivos, que dejaron 18 muertos. El 16 de marzo un hombre armado mató a ocho personas en tres spas de Atlanta (Georgia). Seis días después, otro sujeto asesinó a diez personas en una tienda de combustibles de Boulder, Colorado. El mes cerró con otro episodio de violencia en California. Aminadab Gaxiola, de 44 años, abrió fuego en una oficina de bienes raíces en el Condado de Orange, al sur de la entidad, contra personas que conocía y con quienes había hecho negocios. El ataque dejó cuatro fallecidos, entre ellos un niño de 9 años que murió en manos de su madre, quien lo protegía de las balas. Las autoridades dijeron que se trató de un ataque aislado y donde el autor había utilizado “una fuerza mortal para lidiar con los problemas en su vida”. Fue un nuevo capítulo de la epidemia a la que se refiere Biden, que está activa a lo largo y ancho de Estados Unidos.
Es por esto que Biden se enfoca ahora en la contención de la violencia armada. Poco a poco la nación despierta del pasmo provocado por la pandemia, que puso en un segundo plano a las víctimas mortales de las armas. El presidente ha reconocido que no podrá hacer demasiado por su cuenta sin la colaboración legislativa, cuya fracción republicana bloquea cualquier intento de restricción a la venta de pistolas y rifles. Cada día mueren 106 personas por disparos de armas de fuego en Estados Unidos, todos los meses hay 53 feminicidios cometidos con pistolas, y que la violencia armada “impacta mucho más a la población negra y latina”.
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