Rusia y China apoyan la dictadura de Nicolás Maduro
Rusia y China enviaron delegaciones oficiales a la toma de posesión de Nicolás Maduro, consolidando su respaldo a un régimen señalado por carecer de legitimidad democrática. Esto plantea una cuestión esencial: ¿es coherente que los países democráticos mantengan relaciones diplomáticas con naciones que sistemáticamente ignoran principios básicos de libertad y soberanía popular?
El apoyo de Rusia y China a Maduro no responde a una afinidad ideológica, sino a intereses económicos y geopolíticos estratégicos. Estos países priorizan la expansión de su influencia global y el acceso a recursos estratégicos, dejando de lado el respeto por los derechos humanos y los valores democráticos. Su respaldo a líderes autoritarios socava la democracia en los países afectados, y también debilita los estándares internacionales que deberían regir las relaciones entre naciones.
Como ciudadanos de un país democrático, debemos reflexionar sobre las implicaciones de estas alianzas. Cuando se priorizan los intereses económicos sobre lo correcto, se fomenta un orden internacional en el que la democracia es negociable. Si algún día enfrentáramos una situación similar en la República Dominicana, la actitud de Rusia y China deja claro que sus intereses prevalecerían sobre la defensa de nuestras instituciones democráticas. ¿Estamos preparados para asumir esa realidad?