Conservación del gavilán de La Hispaniola con logros notables

Conservación del gavilán de La Hispaniola con logros notables

Conservacionistas locales y extranjeros han logrado aumentar en aproximadamente 450 la población del gavilán de La Hispaniola en la zona este del país, una especie en peligro de extinción de la que se contaban entre 250 y 300 ejemplares en el año 2000.

Desde Panamá, la estadounidense Marta Curti reporta los números a Diario Libre a través una videoconferencia. Para la bióloga del Proyecto Gavilán de La Hispaniola, y educadora ambiental en la oenegé Fondo Peregrino, las cifras son significativas porque van más allá de contar. Se traducen en la protección de una especie que solo existe en la isla.

“Empezamos a trabajar con la especie en el año 2000”, recuerda Curti. “Al principio, empezamos estudiando, para entender las amenazas, y fue en el 2011 cuando empezamos a trabajar más continuamente, de una manera un poco más fuerte, con la especie”.

Agrega satisfecha: “Hoy en día, estamos monitoreando 134 parejas en Los Haitises, así que ha aumentado bastante la población”.

El gavilán de La Hispaniola (Buteo ridgwai) habita solo en la isla que comparten la República Dominicana y Haití, y está en peligro de extinción. Se alimenta de serpientes, lagartos, roedores, murciélagos, aves pequeñas y ranas. Construye su nido en los árboles o palmeras.

Su existencia está amenazada, en primer lugar, por el ser humano, quien los mata por curiosidad, para comerlos, por miedo o para tenerlos como mascotas.

“Estos gavilanes son muy mansos”, afirma Curti. “Con un programa de educación ambiental bastante fuerte, hemos podido reducir mucho los casos en que un ser humano mate a un gavilán”.

La segunda amenaza es una mosca parasitaria que pone sus huevos en el nido del gavilán, y las larvas afectan el desarrollo de los pichones. Para contrarrestarlo, en el proyecto se ha definido un tratamiento.

Meta: en toda la isla

El proyecto -que depende de subvenciones y donaciones- se ha enfocado en la zona de Los Haitises, donde se ha aumentado la población. Pero Curti aspira a que se expanda por toda la isla, y que existan al menos cuatro poblaciones que sobrevivan sin la intervención de humanos conservacionistas.

“Si solo hay una población, aunque no sea muy grande, eso todavía puede ser bastante peligroso para la especie, porque todos sabemos que en la República Dominicana pasan muchos huracanes”, analiza. “Por ejemplo, si pasa un huracán, si pasa un incendio, si de repente llega alguna enfermedad, eso puede acabar con toda la población en un solo golpe”.

Por eso, en el 2019, se comenzó otro sitio de liberación y reintroducción de la especie en el Parque Nacional Aniana Vargas, en la provincia Sánchez Ramírez. Se han logrado allí unos 25 gavilanes, y se formó la primera pareja reproductiva.

“En el 2009, encontramos el resort de Punta Cana, y chequeamos el hábitat, la zona, y nos pareció muy bien. Entonces, en el 2009, empezamos un programa de reintroducción del gavilán en esta zona”, también, recuerda Curti.

Una de las ofertas que hace Puntacana Resort & Club a sus huéspedes son excursiones para observar a los gavilanes de La Hispaniola.

“Si podemos parar las demás amenazas, principalmente, la cacería furtiva, la persecusión humana, aunque con moscas, el gavilán podría mantener una población autosostenible”, asegura Curti.

Liberación de gavilanes

Curti comenta que para la liberación de los gavilanes se procuran definir lugares adecuados, donde los pobladores estén de acuerdo y conscientes de la importancia de la especie. “Llevamos mucho trabajo y mucho tiempo hablando con la gente, explicando el proyecto, involucrándolos a ellos mismos”, dice. El proyecto cuenta con 24 colaboradores: dos extranjeros y el resto dominicanos.

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