El descaro con las exoneraciones a legisladores
Lo que pasa con las exenciones que los legisladores usan para importar vehículos, las cuales acaban siendo vendidas para traer autos de lujo sin pagar impuestos, es el mayor descaro que he visto en una legislatura en cualquier país. Más descarado es que esos legisladores se atrincheren en su beneficio y se nieguen a renunciar a un privilegio que es desproporcionado y una charlatanería.
Por eso es que andamos en una decadencia moral tan grande, cuyo viaje en picada no tiene freno. Mientras los legisladores, que son los representantes directos del pueblo y a él se deben, se comporten como comelones que llegan al bufé gubernamental a servirse y no a servir, nuestras democracias seguirán siendo socavadas y comenzaremos a ver con buenos ojos los modelos represivos, a cambio de que se acabe con ese bandidaje que se registra en las estructuras del gobierno.
Por estos días no tenemos los mejores ejemplos para nuestros hijos, ni motivos para sentirnos inspirados. Hay a un Poder Judicial que intenta impulsar una medida a destiempo, que tiene evidentes visos de acabar en una posible censura de información que la sociedad debe conocer. En el Poder Ejecutivo tenemos a ministro que se fue de viaje a Albania en plan «profesional» sin que explique al dedillo qué hacía por allá y cómo se dio todo aquello. Y entonces en el Poder Legislativo vemos a unos congresistas que dicen que no soltarán su beneficio de vender sus exenciones, a menos que se haga lo mismo en otras áreas del gobierno. Así no se puede.
Después comienzan los lamentos cuando se levanta un populista y empieza a prometer limpieza general. Entonces no comprendemos por qué el pueblo apoya un personaje como ese, que no es un democrático.
Hay que comenzar a entender que la gente se ha comenzado a hartar de ese tigueraje al descaro. Si los políticos y funcionarios no acaban de entenderlo, en unos cuantos ciclos veremos que llegará un vende sueños que tomará el poder para parar el relajo. Ojalá no haga falta, pero como va esto, no lo descarto a mediano plazo.