La idea era tener instituciones fuertes

La idea de las reformas que se promovieron por años, era fortalecer la democracia, creándose instituciones que – teóricamente – pusieran al país a la par con otras naciones.

Una forma de progreso, un modo de desarrollo.

Las llamadas altas cortes, que son altas, pero no siempre cortes, con las que se logra parecido con Francia o Suecia.

Consejo Nacional de la Magistratura, Tribunal Constitucional, Tribunal Superior Administrativo, Defensor del Pueblo, etcétera.

Ahora ¿ qué decir del resultado, del desempeño ? Un cucurucucú, paloma. No se les va el tiempo en puro tomar, pero sí en puro presupuestar.

No importan los escogidos, desde que se juramentan, lo primero que hacen es pedir más fondos y lo segundo, aumentarse sueldos.

No siempre se les complace, dependiendo del interés del Ejecutivo. Aunque sobrados de dinero, las entidades dispendian, sin explicar suficientemente.

Los suplentes, sin cambios en las leyes, poco a poco se les asimila a titulares. Lo de la Junta no tiene madre. Los involucra, les paga bien y se cubre la retaguardia. Si sucede algo, serán tan responsables como aquellos de los que deberán hacer las veces.