Diez años de cárcel para un exagente de la Stasi por matar en 1974 a un hombre que huía a Berlín Oeste

Czeslaw Kukuczk, un ciudadano polaco de 38 años, murió en marzo de 1974 por un disparo a quemarropa en un paso fronterizo en el centro de Berlín, cuando pretendía cruzar al otro lado del Muro que dividía a las dos Alemanias. Este lunes, 50 años después, la justicia alemana declaró culpable a Manfred N., antiguo miembro de la temida Stasi ―la policía secreta del régimen de la Alemania Oriental―, y lo condenó a 10 años de prisión. Al contrario que en otros procesos por las víctimas mortales en el Muro de Berlín, donde la acusación fue de homicidio, el antiguo agente ha afrontado una acusación de asesinato.

“No cometió el crimen por motivos personales, este fue planeado por la Stasi”, señaló el presidente del tribunal, Bernd Miczajka, en su sentencia, pero Manfred N. “lo llevó a cabo sin piedad”. El procesado, de 80 años, guardó silencio durante el juicio. Su abogada, Andrea Liebscher, había pedido la absolución tras defender que no se había demostrado que su cliente fuera el autor de los hechos.

La Fiscalía de Berlín había solicitado 12 años de cárcel en el juicio, que comenzó el pasado marzo en el Tribunal Regional de Berlín, después de que una exhaustiva investigación diera con el nombre del agente que, según la sentencia, disparó a Kukuczk y que vivía en Leipzig. La pista decisiva se obtuvo en 2016 con la reconstrucción de los archivos de la Stasi, en los que se halló una nota sobre una condecoración por la operación que llevó a la muerte de Kukuczk. En un principio, el caso se archivó al considerar que se trataba de un homicidio ya prescrito, pero la justicia polaca emitió una orden de detención contra el sospechoso en 2021, lo que presionó a las autoridades alemanas para que reabrieran el asunto. Finalmente, en 2023, la Fiscalía de Berlín presentó cargos.

El suceso ocurrió el 29 de marzo de 1974, cuando Kukuczka ―bombero y padre de tres hijos― intentó forzar su marcha a Berlín Oeste. Ese día se presentó en la Embajada de Polonia en el este de Berlín y amenazó con volar el edificio si no le dejaban pasar al otro lado del muro. Afirmó que llevaba una bomba en el maletín. Más tarde resultó que solo contenía una botella rota y una vieja navaja de afeitar.

La seguridad del Estado, que había sido alertada por los polacos, decidió que Kukuczka debía ser “neutralizado” fuera del edificio de la embajada. La trampa se preparó en el paso fronterizo de la estación de trenes de Friedrichstrasse, en el centro de la capital alemana.

Primero le aseguraron que se le permitiría salir y le expidieron documentos de salida. A continuación, fue escoltado hasta el paso fronterizo, donde pudo atravesar los primeros controles en el vestíbulo llamado Palacio de las Lágrimas, por las tristes despedidas que tenían lugar allí. En el último control, un agente de la Stasi, que estaba escondido, le disparó a quemarropa varios tiros por la espalda que le atravesaron el estómago. Cayó al suelo gravemente herido y poco después moriría.

El incidente ocurrió sobre las 15.00, un momento de mucho movimiento de personas en el famoso paso fronterizo. Entre ellas estaban casualmente los alumnos de una clase de Bad Hersfeld, del oeste de Alemania, que observaron el incidente. Tres de ellos, ahora jubilados, declararon como testigos en el juicio.

Según el historiador Stefan Appelius, que lleva muchos años estudiando a las víctimas olvidadas del telón de acero y que también ha investigado el caso de Kukuczka en los archivos de la Stasi, la víctima nunca tuvo una oportunidad. Según ha explicado a la cadena alemana MDR, el hombre fue trasladado al hospital de la prisión de Berlín-Hohenschönhausen, donde murió desangrado. En el Charité, el hospital más cercano, podría haber sobrevivido, asegura el historiador. “Había que silenciar el caso bajo cualquier circunstancia. Si hubieran querido salvarlo, lo habrían llevado al Charité”.

En mayo de 1974, la viuda de Kukuczka recibió la urna que contenía las cenizas de su marido, así como algunos efectos personales. Pero no se le informó de las circunstancias exactas de su muerte. Según los archivos de la Stasi, Kukuczka no contó a nadie sus planes de fuga. Ni a su esposa, ni familia ni compañeros del cuerpo de bomberos de Bielsko-Biala, en el sur de Polonia, cerca de Cracovia.

Al menos 140 personas murieron intentando cruzar el Muro de Berlín, que dividió la ciudad entre agosto de 1961 y el 9 de noviembre de 1989 ―también en los controles hubo víctimas―. Los pocos funcionarios y guardias fronterizos de Alemania Oriental que hasta ahora han sido procesados han sido acusados en su mayoría de homicidio.

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