Israel lanza su mayor ataque en el centro de Beirut y ordena nuevas evacuaciones en el sur
Mariam Ghuel, de 31 años, lleva casi un año huyendo sin éxito de los bombardeos. El 11 de octubre de 2023, tres días después de que Hezbolá lanzase sus primeros proyectiles contra objetivos israelíes y comenzase el fuego cruzado, escapó de Mays al Yabl ―su pequeño pueblo en el sureste de Líbano que casi toca con Israel― a Dahiye, el gran suburbio chií de Beirut que abandonó “el día en que bombardearon tanto”. Se refiere al pasado 24 de septiembre, la jornada más letal para Líbano en décadas, en la que el ejército israelí mató en pocas horas a 558 personas. Ghuel ha acabado en una escuela convertida en refugio en Bashura, un barrio en el corazón de Beirut considerado seguro y nada lejos de la sede del Gobierno. Allí es donde, la pasada medianoche, oyó una explosión a pocas decenas de metros. Con nueve muertos, era el más letal de los dos bombardeos que Israel ha efectuado en la capital desde que comenzó su ofensiva, el mes pasado, acompañada ahora de una invasión terrestre y de nuevos llamamientos a evacuar localidades: 20, este jueves, que llevan el total a 70.
“Aquí me sentía más segura que en Dahiye, porque estoy en un refugio y aquí no había nada político ni militar”, dice señalando el agujero dejado por el misil. Era, como recuerdan las banderas blancas colocadas sobre los muros dañados, la sede del Comité Islámico para la Salud, una organización sanitaria y caritativa vinculada a Hezbolá. Siete de los muertos son, de hecho, trabajadores y voluntarios del comité. Los otros dos, transeúntes.
Fueron tres impactos seguidos, sin advertencia previa, que provocaron una nube de humo negra sobre la ciudad, como pudo comprobar EL PAÍS. A pie de calle, el resultado da cuenta de un bombardeo muy localizado que apenas ha dañado las otras nueve plantas del edificio. Ghuel, sin embargo, lo oyó tan cerca (desde el patio del colegio en el que se refugia con sus hijos) que pensó que era contra la propia escuela. “La gente se puso a gritar, los niños a llorar. […] Ya no me siento segura ahora aquí, pero tampoco tengo alternativas. ¿Adónde voy? Pasamos cada día sin saber si lo acabaremos vivos o muertos”, asegura.
Imad Hiyazi lo oyó aún más cerca, porque vive en el mismo edificio y bajó a la calle en pijama entre los cristales y el humo. Cuenta que el inmueble alberga 84 apartamentos “y en cada uno hay al menos dos familias”, porque “prácticamente todos” acogen desplazados del sur. “Si nos atrevemos a vivir aquí y a abrir nuestras puertas a otra gente es justo porque nos sentimos seguros, porque sabemos que Hezbolá no guarda aquí una sola bala. Lo que hemos encontrado en el suelo no son armas ni balas, sino suero y vendas”, protesta.
Es la idea en la que insiste Kamal al Zuhur, miembro de la Defensa Civil del Comité Islámico para la Salud: “Las víctimas eran personas que se encargaban de transportar heridos o enfermos, y de ayudar a los [centenares de miles de] desplazados” del sur, el valle de la Becá y Dahiye, las zonas más bombardeadas. El ejército israelí ha bombardeado previamente ambulancias y sanitarios de organizaciones vinculadas a Hezbolá, al considerarlos parte de la organización o milicianos disfrazados. En este caso, se ha limitado a informar de un “ataque preciso” del que dará detalles más adelante.
Otro de esos ataques ha generado una situación inédita en casi un año de fuego cruzado entre Israel y Hezbolá. El ejército libanés, que se mantiene al margen de los enfrentamientos, ha anunciado este jueves haber abierto fuego contra fuerzas israelíes, tras la muerte de dos de sus soldados en bombardeos. En un comunicado, las Fuerzas Armadas aseguran haber disparado contra el origen del ataque que mató a uno de sus hombres, en un cuartel en la región de Bint Ybeil, cerca de la frontera.
Poco antes, anunciaron la pérdida de otro de sus militares, en un ataque aéreo israelí, cuando acompañaba una misión de evacuación y rescate de la Cruz Roja libanesa en la localidad de Tayba, también en el sur del país. La Cruz Roja ha recordado en un comunicado que “siempre” coordina sus movimientos con la Finul (Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano), que traslada a su vez la información a Israel. Cuatro de sus voluntarios han resultado heridos, ha agregado. El ejército israelí no se ha pronunciado sobre los incidentes.
Allí, en el sur, es donde soldados israelíes y milicianos de Hezbolá libran combates en los que el ejército ha perdido nueve hombres en dos días. La víspera, con ocho, fue su peor jornada en casi un año de enfrentamientos con Hezbolá, que han dejado casi 2.000 muertos en Líbano. En su inmensa mayoría, en las últimas tres semanas de ofensiva. De ellos, 127 son niños, 261 mujeres y 97 sanitarios, según las cifras proporcionadas este jueves por el ministro de Sanidad, Firas Abiad.. Hay, además, 9.384 heridos.
Los aviones de combate israelíes han mantenido la presión sobre posiciones del partido-milicia en Beirut y en Dahiye, donde se han registrado 17 bombardeos, y en el sur. El principal objetivo durante la noche ha sido un edificio municipal de la localidad de Bint Ybeil, a unos tres kilómetros de la divisoria entre ambos países. Allí operaban milicianos de Hezbolá con “grandes cantidades” de armas, según la versión del ejército. En la operación, murieron 15 de ellos, de un total de 60 en las últimas 24 horas, añaden fuentes castrenses.
Evacuaciones
Paralelamente, Hezbolá ha lanzado hasta 230 cohetes y drones contra territorio israelí que han hecho sonar las alarmas ante posibles impactos desde primera hora del jueves, según el ejército israelí. Uno de esos aviones no tripulados fue interceptado sobre el mar cerca de Nahariya, a una decena de kilómetros de la frontera. Otro cayó sin causar daños ni víctimas, según fuentes militares.
Replicando la estrategia puesta en marcha en Gaza, donde la inmensa mayoría de los 2,3 millones de habitantes han sido expulsados de sus casas, el ejército ha advertido a los vecinos de una veintena larga de localidades del sur de Líbano que abandonen sus hogares porque las tropas consideran esos pueblos zona de guerra, según un comunicado. Es algo que ya había hecho con otros municipios en los últimos días y en esta ocasión incluye la capital provincial, Nabatiye.
“Evacuen sus hogares inmediatamente. Cuidado, está prohibido dirigirse hacia el sur. Cualquier camino hacia el sur supone exponerse a peligros”, ha advertido un portavoz castrense dando detalles de las instrucciones en la red social X. “Cualquiera que esté cerca de miembros, instalaciones y medios de combate de Hezbolá está poniendo su vida en peligro. Está previsto que cualquier casa utilizada por Hezbolá para sus actividades militares sea considerada un objetivo”, añade el anuncio.
Este jueves, Israel ha anunciado las muertes de tres responsables de Hamás en Gaza en un ataque en el norte del enclave hace tres meses. Entre ellos, Ruhi Mashtaha, jefe del Gobierno del grupo fundamentalista en la Franja y al que Israel consideraba uno de los hombres más próximos a Yahia Sinwar, cerebro del ataque masivo del 7 de octubre y nuevo líder del movimiento, tras el asesinato de Ismail Haniye, en julio en Teherán. “Hamás no anunció sus muertes, como ha hecho después de otras eliminaciones anteriores, con el fin de evitar una pérdida de moral”, señala el comunicado.