Von der Leyen y Starmer apuestan por estrechar la cooperación entre la UE y el Reino Unido en la era pos-Brexit

El nuevo Gobierno laborista que se ha instalado en Downing Street repite constantemente que desea “reiniciar” la relación con Bruselas, notablemente deteriorada después de años de agrias disputas con los conservadores británicos en torno al Brexit. La UE ha expresado su deseo de recoger ese guante, aunque muchos de sus países miembros quieren que Londres aclare más hasta dónde está dispuesto a llegar en su propósito de abrir una nueva etapa.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, se han reunido este miércoles en Bruselas para conversar sobre cómo estrechar ese vínculo, pero sin tocar los cimientos marcados por el divorcio del Brexit y las duras negociaciones que llevó sacar adelante de un modo acordado aquella ruptura.

La visita del laborista Starmer es la primera de un jefe de Gobierno británico a la capital comunitaria desde 2019. Londres y Bruselas están alineados en asuntos globales en un momento geopolítico de extrema inestabilidad, pero difieren en las prioridades para cooperar en otros asuntos.

La UE quiere firmar con Londres un acuerdo de movilidad juvenil que supondría, a pesar de sus muchos matices y limitaciones, volver en parte a la libre circulación de personas, algo a lo que el Gobierno británico es muy reticente. “Si tuviéramos un mecanismo que permitiera a los jóvenes ciudadanos británicos residir durante un año en alguno de los 27 países de la Unión, para poder estudiar y pagar por sus estudios mientras están allí, ¿qué habría de malo?”, sugería hace unos días el embajador de la UE en el Reino Unido, Pedro Serrano, en Times Radio.

Starmer insiste en rechazar cualquier plan de movilidad juvenil que pueda ser interpretado por los euroescépticos británicos como un regreso a la libertad de movimiento que consagra la UE. La Unión quiere abrir negociaciones con Londres sobre un plan que facilite intercambios de estudios y trabajo de personas de entre 18 y 30 a ambos lados del canal de la Mancha. Pero incluso la ministra británica del Interior, Yvette Cooper, que en su día combatió ardientemente contra el Brexit, se ha mostrado ahora firmemente en contra de cualquier apertura que pueda inflar las cifras de inmigración en el Reino Unido.

Un futuro acuerdo respecto a la posibilidad de que jóvenes a uno y otro lado del canal de la Mancha vuelvan a poder moverse libremente, aunque sea de modo temporal y limitado, se ha convertido en la prueba del nueve para demostrar la verdadera voluntad del nuevo Gobierno laborista británico de mejorar la relación. “Existe una sensación generalizada de que, cuando se entra en materia, el Partido Laborista no sabe lo que quiere o no está dispuesto a hacer nada. Mucha gente quiere ver si dentro del sándwich hay algo de carne”, ha señalado Anand Menon, el director de la organización UK in a Changing Europe (El Reino Unido en una Europa cambiante), que mantiene el impulso europeísta en suelo británico.

Cooperación en defensa

Starmer busca sobre todo cooperación con Bruselas en materia de defensa. El Ejecutivo comunitario y Reino Unido han acordado este miércoles definir de manera conjunta esos ámbitos en los que la cooperación sea beneficiosa y mantener una cumbre a principios del año que viene.

La reunión en Bruselas con Von der Leyen, y más tarde con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y con la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, marca un cambio de tono sustancial entre la UE y el Reino Unido. “Tenemos un conjunto de acuerdos sólidos en vigor. Deberíamos explorar el alcance de una mayor cooperación mientras nos centramos en la implementación plena y fiel del acuerdo de retirada”, ha planteado Von der Leyen al británico antes de la reunión en una comparecencia pública.

“La ciudadanía británica quiere un regreso a un liderazgo pragmático y sensato a la hora de tratar nuestros asuntos más cercanos, para que el Brexit funcione y para que se cumplan sus intereses y se encuentren formas de impulsar el crecimiento económico, fortalecer nuestra seguridad y abordar desafíos compartidos como la migración irregular y el cambio climático”, ha remarcado Starmer.

Ambos han acordado volver a citarse este otoño.

En la capital comunitaria creen que Londres no tiene muy claro su objetivo para estrechar ese vínculo con la UE, más allá de lo que marcan los acuerdos ya rubricados, y varios Estados miembros han advertido de lo que consideran una “selección demasiado interesada” de políticas a desarrollar, por parte de Starmer. Creen que Londres no tiene un plan, algo que se resolvería con lo acordado este miércoles por Starmer y Von der Leyen de poner negro sobre blanco las líneas y prioridades comunes a trabajar.

En el club comunitario, en cualquier caso, ven voluntad en Starmer de ejecutar ese “reinicio” de las relaciones entre ambos bloques. El primer ministro ha viajado ya también a Berlín, Roma, Dublín y París desde su investidura para sentar las bases de ese vínculo repensado tras el traumático divorcio del Brexit.

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