La ultraderecha se encamina a una victoria histórica en las elecciones en Austria, según las primeras proyecciones
La ultraderecha se encamina este domingo a su primera victoria en unas elecciones parlamentarias en Austria, según las primeras proyecciones emitidas por la televisión austriaca ORF, que manejan ya voto real en sus cálculos. El Partido de la Libertad (FPÖ) obtendría el 29,1% de los votos, un resultado histórico, dejando en segundo lugar a los democristianos (ÖVP), con un 26,2%. Los socialdemócratas (SPÖ) reúnen un 20,4% de apoyo (su peor resultado), los liberales de Neos el 8,8% y Los Verdes un 8,6%, siempre según las primeras proyecciones.
El Partido de la Libertad (FPÖ) enfiló las elecciones con el viento a favor, como líder de las encuestas durante casi dos años y su primera victoria de alcance nacional en las elecciones europeas del pasado junio, una señal más a Bruselas del peso que han alcanzado en la Unión Europea las formaciones ultraderechistas. Lo logró con un 25,4%, a un punto escaso de los democristianos (ÖVP), que también en la campaña para las legislativas de este domingo ha acortado distancias con los ultras ―aunque con una previsión de perder más de 11 puntos porcentuales sobre el resultado de 2019― ante unas elecciones clave para Austria y de las que también está pendiente la Unión.
De confirmar el escrutinio los primeros datos, los ultras superarían el resultado que alcanzó su líder más carismático, el fallecido Jörg Haider, en 1999. Entonces, su 26,9% dejó al FPÖ en segundo lugar y no logró encabezar el Ejecutivo.
En una campaña marcada por el auge de los ultras, que se han recuperado así del batacazo de 2019 (cayeron al 16,2%) envueltos en sospechas de corrupción, y en el tramo final por las graves inundaciones de la borrasca Boris, con cinco muertos en el país (de nueve millones de habitantes), el FPÖ liderado por Herbert Kickl ha tenido enfrente a casi todos los partidos. No tiene opciones de gobernar en solitario, necesitaría socios. Socialdemócratas, Los Verdes y los liberales han rechazado una colaboración con un partido radicalmente antiinmigración, euroescéptico, prorruso y que no ha dejado de verse confrontado con acusaciones de xenofobia y antisemitismo.
El líder democristiano (ÖVP) y actual canciller, Karl Nehammer (51 años), ha insistido durante toda la campaña en que el peligro para la seguridad del país es el máximo dirigente ultra, Herbert Kickl, pero no ha excluido del todo de una posible coalición al FPÖ, donde dice hay personas “razonables”.
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