Israel intenta asesinar al líder de Hezbolá con un potente bombardeo al sur de Beirut
En una decisión de consecuencias impredecibles, el ejército israelí ha intentado este viernes asesinar al máximo líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, con el lanzamiento de bombas de hasta una tonelada en edificios residenciales, según coinciden los medios israelíes. En torno a las 18.00 hora local (17.00 hora peninsular española), aviones F-35 han lanzado al menos ocho proyectiles, que han dejado en escombros cuatro edificios en Dahiye, el feudo de Hezbolá al sur de Beirut, justo tras el beligerante discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Una gran nube de humo se elevó entonces sobre los suburbios de la capital y, unos minutos más tarde, las Fuerzas Armadas de Israel han reconocido un ataque contra “la sede principal” de Hezbolá, que estaba “situada bajo edificios residenciales” en Dahiye. La agencia oficial iraní, Tasnim, asegura que Nasralá está a salvo. La milicia no se ha pronunciado aún al respecto.
Al menos cuatro edificios han quedado reducidos a escombros y los primeros heridos están llegando a los hospitales. Las imágenes muestran un gran cráter y edificios completamente venidos abajo o inclinados, por la potencia de la explosión. Es el bombardeo más violento en Beirut en un año de enfrentamientos con el partido-milicia chií libanés, con bomba para atravesar búnkeres, según la televisión pública israelí.
La oficina de Netanyahu ha difundido una foto en la que aparece al teléfono desde Nueva York. Luego ha adelantado su regreso a Israel a esta misma noche.
Según la televisión pública israelí, Israel informó de la operación minutos antes a sus aliados estadounidenses, pero el Pentágono lo ha desmentido. “Estados Unidos no ha estado involucrado en esta operación y no ha sido advertido previamente”, ha indicado su portavoz, Sabrina Singh.
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Poco antes, en su discurso en la ONU, Netanyahu aseguró que no parará hasta derrotar a la milicia libanesa, que incluyó en un eje de la “maldición”, liderado por Irán, enfrentado al de “la bendición” (en el que se encuentra Israel), según los llaman en los mapas que ha mostrado desde el estrado.
“Un futuro de esperanza frente a un futuro de desesperación […] “Mientras Hezbolá opte por la guerra, Israel no se detendrá. Vamos a ganar esta batalla porque no tenemos otra opción, luchamos por nuestra supervivencia”, ha afirmado Netanyahu, después de cinco jornadas de bombardeos que han dejado más de 600 cadáveres, en un ritmo diario de muertes similar al que sufre Gaza a diario desde octubre de 2023, y un desplazamiento masivo de población.
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