La ofensiva de Israel causa al menos 492 muertos en Líbano tras pedir la salida “inmediata” de civiles de zonas de Hezbolá
Una oleada inédita de bombardeos israelíes en Líbano ha matado en pocas horas de este lunes al menos a 492 personas ―entre ellos, un mínimo de 35 niños, 58 mujeres y dos trabajadores sanitarios― y herido a más de 1.600, según el Ministerio de Salud Pública libanés. Es la jornada más letal en el país desde el fin de la guerra civil, en 1990, con casi los mismos muertos en un solo día que en todos los once meses previos de fuego cruzado entre Israel y Hezbolá, y una matanza al nivel de los días más sangrientos de la invasión de Gaza. El ejército israelí instó además en la mañana a los civiles libaneses cerca de posiciones de Hezbolá, donde ha centrado los bombardeos, a abandonar sus hogares “de inmediato”. La ruta de la costa libanesa se ha colapsado con la salida de miles de familias que huyen a la desesperada de los ataques y hacen cola para repostar en las gasolineras.
Además, este lunes por la tarde, Israel ha vuelto a atacar Beirut con un bombardeo selectivo sobre el barrio de Dahiye, bastión de Hezbolá, que tenía como objetivo al alto dirigente de la milicia Ali Karaki, jefe del frente sur. Hezbolá ha asegurado posteriormente que Karaki sigue vivo y ha sido llevado a un lugar seguro. Se trata del segundo bombardeo sobre el suburbio de la capital libanesa desde el viernes pasado, cuando mató a al menos 45 personas, entre ellas dos jefes de las fuerzas de élite Radwan, Ibrahim Aqil y Ahmed Wahbi. “Estamos atacando la infraestructura de combate que Hezbolá ha estado construyendo durante los últimos 20 años. Estamos atacando objetivos y preparándonos para las siguientes fases”, ha advertido el jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Herzi Halevi.
“Si estáis ubicados en un edificio que pueda ser usado por Hezbolá, tenéis que salir del pueblo y no volver hasta que recibáis otro mensaje”, se escucha en la llamada de las Fuerzas Armadas de Israel que han recibido los residentes en sus teléfonos, en árabe y desde un número libanés. Han sido hasta 80.000, según la compañía de telecomunicaciones Ogero. Es la misma estrategia que las tropas han empleado con la población de Gaza durante casi un año de guerra.
En las últimas 24 horas, la aviación israelí ha bombardeado 1.100 objetivos entre “edificios, vehículos e infraestructuras” en territorio libanés, han informado fuentes militares. Los aviones de combate centran sus objetivos en el sur de Líbano, en el valle de la Becá, y, más al norte, en torno a la frontera con Siria. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha advertido de que se avecinan “días complejos”, en un mensaje grabado tras reunirse en la sede militar de Tel Aviv con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y con Halevi. “Prometí que cambiaríamos el equilibrio de poder en el norte [de Israel] y es exactamente lo que estamos haciendo”, ha asegurado, antes de dirigirse a la población libanesa: “La guerra no es contra vosotros, es contra Hezbolá. Os ha estado usando demasiado tiempo como escudos humanos, pone cohetes en vuestros salones y misiles en vuestros garajes”, les ha dicho. Ha finalizado asegurándoles que podrán volver “sanos y salvos a sus hogares” cuando la ofensiva termine.
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En el sur de Beirut, la capital, se pueden ver colas interminables de vehículos que abandonan la zona hacia el norte para escapar de la violencia. También hay atascos a la salida de Dahiye hacia las montañas. Muchos coches van cargados de gente y equipaje, y se ve a familias meter aceleradamente sus pertentencias en los maleteros. El ministro del Interior, Bassam Mawlawi, ha informado de la apertura de centros escolares para afrontar el “gran desplazamiento” de personas que se prevé.
Una nueva fase de la guerra
Las imágenes de los ataques y los puntos a los que han llegado muestran su intensidad, inédita desde los primeros enfrentamientos del actual conflicto, en octubre de 2023, y con Hezbolá diezmada por los ataques de la pasada semana. Unos y otros hablan ya de una “nueva fase de la guerra”. Las Fuerzas de Defensa de Israel han cuantificado en 180 los cohetes disparados por el partido-milicia que han impactado en territorio israelí. Las autoridades no han informado de víctimas.
“Estamos esperando el pirateo de plataformas y canales, como parte de la guerra psicológica”, ha declarado en una rueda de prensa el ministro libanés de Comunicaciones, Ziad Makary. Los portavoces castrenses israelíes han emitido mensajes en hebreo y árabe en redes sociales pidiendo a los libaneses que se marchen de lugares que pueden ser considerados objetivos militares.
“Residentes de las aldeas libanesas, los ataques son inminentes: ¡Evacuen inmediatamente las casas donde Hezbolá ha escondido armas! Hezbolá os miente y os sacrifica. Hezbolá dice que ustedes son su entorno y que son su gente, pero parece que sus cohetes y aviones no tripulados son más preciosos y más importantes para ellos que ustedes”, ha señalado Avichay Adraee, portavoz en árabe del ejército israelí, en un mensaje a través de X (antes Twitter).
La misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) ha advertido en un comunicado que los ataques contra la población civil “pueden constituir crímenes de guerra” y ha trasladado a ambos países la “urgente necesidad de reducir la escalada” y alcanzar una solución diplomática. Para ello, el comandante de los cascos azules en el Líbano, el general español Aroldo Lázaro, ha estado en contacto con las partes libanesa e israelí. “Se están realizando esfuerzos para reducir las tensiones y detener los bombardeos”. “Cualquier nueva escalada de esta peligrosa situación podría tener consecuencias devastadoras y de gran alcance, no solo para quienes viven a ambos lados de la Línea Azul [la divisoria entre el Líbano e Israel], sino también para la región en general”, ha advertido la misión de paz en la nota.
La matanza llega tras una semana frenética de ataques israelíes en Líbano que ya había dejado decenas de muertos y miles de heridos. Entre el martes y el miércoles estallaron miles de buscas y walkie-talkies que Hezbolá había repartido entre sus milicianos, pero también entre su entramado político, caritativo, etc, en una operación atribuida a los servicios secretos de Israel en el exterior, el Mosad. El viernes, un bombardeo israelí mató en Beirut a un alto mando de la milicia libanesa, Ibrahim Aqil, y a otro medio centenar de personas, entre ellas al menos 16 milicianos de Hezbolá. Su líder, Hasan Nasralá, prometió un “justo castigo” y retó a Israel a invadir Líbano, pero admitió la gravedad inédita del golpe para la organización.
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