El Partido Republicano de Texas refuerza la movilización en el sur del Estado ante las apretadas encuestas
El presidente del Partido Republicano de Texas, Abraham George, publicó un escueto comunicado este lunes. En él anunció “una importante inversión en las elecciones legislativas” como parte de “una estrategia más amplia para aumentar la participación de los votantes antes de las elecciones de noviembre”. En las menos de 200 palabras se habla de “distritos legislativos estatales competitivos”, pero se nota también un nerviosismo de última hora en un Estado considerado territorio republicano seguro. Todavía más si se tiene en cuenta que el anuncio de George se produce tras la publicación de una carta abierta firmada por decenas de líderes condales del partido en la que advierten que los problemas de coordinación y financiación del partido “podrían hacer vulnerables a algunos candidatos”. En la misiva colgada en internet citan encuestas que le dan una ventaja de apenas 2 puntos al actual senador Ted Cruz frente a su contrincante demócrata por el escaño en Washington, Colin Allred, y de 5 puntos a Donald Trump sobre Kamala Harris. “La realidad actual es que Texas está demasiado reñida para estar cómodos”, sentencia la carta.
Aparte de la poco específica inversión, el partido se ha comprometido a tocar más de 100.000 puertas antes de las elecciones, con un foco especial en la zona del sur de Texas —de particularmente alta población latina— donde están ubicados muchos de esos distritos considerados competitivos. Por ejemplo, la campaña de la republicana Mayra Flores contra el demócrata Vicente González en el fronterizo distrito 34 de Texas, ubicado en el sureste del Estado, que podría decidir el balance de la Cámara de Representantes; o, a nivel estatal, la carrera del distrito 27, que enfrenta al republicano Adam Hinojosa al demócrata Morgan LaMantia, en una revancha de una batalla que en 2022 se decidió por apenas 700 votos.
La situación también está motivada por el estado de las arcas del partido estatal. El año pasado, se registraron mínimos de casi una década en recaudación de fondos, donantes corporativos y contribuyentes individuales. Sin embargo, fueron capaces de aguantar gracias a las donaciones de un puñado de magnates petroleros, que apoyaron el año pasado al fiscal Ken Paxton decisivamente para que sobreviviera un impeachment y han buscado apartar al ala más moderada del partido también.
Aun así, las finanzas del partido siguen siendo precarias. Según una investigación de The Texas Tribune, antes de su convención de mayo, el Partido Republicano de Texas tenía solamente cinco empleados, frente a los 50 que había en 2020 de cara a las elecciones de ese año. Además, el mes pasado el partido informó que su convención de 2024 se pasó por 600.000 dólares del presupuesto y resultó en una pérdida de 382.000 dólares. Asimismo, desde mediados de mayo hasta principios de septiembre, el puesto de recaudación de fondos más importante del Partido Republicano de Texas estuvo vacante. Y en su última declaración financiera, de junio, el partido informó que tenía 2.3 millones de dólares disponibles, un millón menos que en el mismo momento en 2020.
Todo esto ha llevado a algunos líderes locales del partido a cuestionar a George, que hizo campaña para presidente del partido asegurando que necesitaba un presupuesto mensual de 1.5 millones y más de 100 miembros de personal antes de las elecciones presidenciales. En la carta abierta se refieren a esta situación en varias ocasiones, sosteniendo que el “dinero en efectivo actual debería permitirle sobrevivir financieramente hasta las elecciones del 5 de noviembre, pero no le permitirá mucho más”. Agregando que, “el actual presidente parece no querer o no poder captar fondos sustanciales”.
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La carta también exigía que el Partido Republicano de Texas declarara sus esfuerzos para impulsar el voto por correo. “Sin un programa de voto por correo serio, bien financiado (como lo hacemos cada ciclo), seremos destruidos en los votos postales, lo que reducirá el margen de Trump, amenazará la reelección de Cruz y perjudicará a todas nuestras contiendas electorales”, advertía Matt Mackowiack, el autor de la carta y presidente del partido en el condado de Travis, donde se encuentra la ciudad de Austin. Esto a pesar de que el partido en numerosas ocasiones ha apuntado a que el voto postal es utilizado para cometer fraude por parte de los demócratas.
Si bien el partido no hizo comentarios específicamente en respuesta a la carta, el anuncio de este lunes y una actualización a los líderes del partido en la que George promocionó las próximas visitas al sur del Estado y el reclutamiento y la formación de miles de observadores electorales o trabajadores, claramente busca calmar los ánimos.
Por otro lado, George también elogió la eliminación de aproximadamente un millón de personas de las listas de votantes del Estado, y las luchas en curso del Fiscal General Ken Paxton para detener los esfuerzos de registro de votantes en los condados más poblados del Estado, dominados por los demócratas. El presidente del partido a nivel estatal enmarcó esas medidas como “esfuerzos de integridad electoral”. Pero los expertos han advertido que, por el contrario, estas acciones socavan la confianza en las elecciones al perpetuar falsas nociones de fraude generalizado. Y los demócratas y activistas han ido todavía más lejos, acusado a Paxton de intentar suprimir el voto de miles de personas; algo común en la historia del país y del Estado.
Pero los funcionarios del condado de Bexar, donde está San Antonio, desafiaron las amenazas de Paxton y siguieron adelante con su campaña para el registro de votantes, con la confianza de que los reclamos legales del fiscal eran engañosas e infundadas. Y este lunes, un juez de distrito falló en contra de Paxton debido a que la demanda llegó a la corte después de los envíos de las cartas invitando a los ciudadanos a registrarse.
Aunque Mackowiak, el hombre detrás de la carta que ha encendido las alarmas y dejado filtrar los nervios dentro del partido, le dio la bienvenida a los anuncios de George, contra quien se enfrentó para la presidencia del partido hace apenas meses, también mantuvo sus preocupaciones más amplias sobre la dirección. “El partido estatal parece completamente carente de preparación para estas elecciones de inmensa trascendencia y todos necesitamos que el Partido Republicano de Texas suba su listón”, dijo en declaraciones a The Texas Tribune. Nadie, de ningún partido, se atreve a decir abiertamente que Texas es un territorio en disputa, pero las tendencias de las encuestas están apuntando en esa dirección y los republicanos están reaccionando. Esperan que no sea demasiado tarde.