Álvaro Torres halagado que artistas dominicanos versionen sus temas
Las canciones del cantautor salvadoreño Álvaro Torres están arraigadas en el público dominicano; tanto así que varias de ellas han sido versionadas por artistas criollos. “Hazme olvidarla” y “Te va a doler”, llevadas a merengue por Rubby Pérez y Sergio Vargas, respectivamente, son dos de ellas.
En conversación con Diario Libre, a propósito de su próximo concierto en Santo Domingo, este sábado 21 de septiembre, en el Teatro Nacional, el artista aseguró que para él es un honor que cantantes dominicanos de tanto nivel integren sus composiciones a sus repertorios musicales.
“Es muy halagador. Yo recuerdo versiones célebres como la de mi amigo Rubby Pérez, que tiene una voz increíble, también como mi amigo Sergio Vargas y muchos otros”, asegura. Y es que, para él, que ellos canten sus canciones alargan sus vidas y las conectan con otro tipo de público.
Por supuesto, estas canciones no faltarán en este concierto que tiene la particularidad de ser sinfónico, haciéndolo aún más mágico e íntimo.
“Músicos de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo me van a acompañar en la sala principal del Teatro Nacional. Ojalá no se lo quieran perder porque vamos a disfrutar mucho de todo este repertorio de catálogos de canciones que he logrado escribir y muchas de ellas sé que son parte de la historia sentimental de mucha gente”, dice.
Abundando más en la magia de lo significado asegura estar emocionado por varias razones, porque es la primera vez que hace un show así en el país y por ese reencuentro con el público criollo que tanto le agrada.
“La verdad, estoy muy emocionado porque es la primera vez que lo vamos a hacer en Santo Domingo, lo hemos realizado en otras naciones y todo ha salido maravillosamente bien. Tengo la confianza de que será igual aquí porque conozco la calidad de los músicos de la sinfónica dominicana que participarán conmigo, son unos maestros con una experiencia muy basta y sé que lo vamos a disfrutar al máximo. El público no debería perdérselo porque esto será un antes y un después en mi carrera en la República Dominicana”, asegura.
Y no podía ser de otra manera, sobre todo en un país que ha acogido su música como propia y lo ha recibido siempre como uno más de los suyos cada vez que visita la nación.
“Desde que entramos por el Aeropuerto Las Américas, recibimos el cariño de la gente que me recibe con mucha amistad, familiaridad, y empezamos a nutrirnos de toda esa energía positiva que la gente dominicana tiene para quien le visita”, responde sobre lo que siente cada vez que viene a Quisqueya.
“Con el valor agregado de que somos viejos conocidos a través de la música, entonces me siento como familiar, es como entrar a casa y ahí empieza mi disfrute cuando voy a República Dominicana”, añade.
La música: su puerta al mundo
Gracias a la música el cantautor ha podido conectarse con culturas muy distintas que le refuerzan cada día que haber desarrollado ese don artístico ha sido lo mejor que le ha pasado.
“La música ha sido la alfombra mágica sobre la que tuve que pisar para caminar el mundo. Me ha llevado a latitudes que yo nunca pensé desde el inicio de mi vida profesional”.
A través de este arte también ha encontrado su mayor fuente de superación, en todos los sentidos.
“Ha sido un caminar maravilloso, aunque el camino a veces haya sido cuesta arriba. Hoy, en la cumbre de mi carrera, he podido disfrutar de todo lo trabajado, de lo que he sembrado a través de los años, y uno de esos públicos ha sido el de la República Dominicana”.
Como cantautor su conexión con la música es aún más personal.
“Generalmente, con lo que escribimos, con lo que cantamos, nos acercamos más a la autenticidad de esta carrera, porque cantamos lo que vivimos, lo que sentimos, lo que lloramos, lo que celebramos, lo que reímos y gozamos, todo eso lo ventilamos a través de nuestra expresión”.
Agonía de la industria
Al ser cuestionado sobre la industria musical actual, el cantautor responde con una frase lapidaria: “Si la industria no ha muerto, está agonizando”, y lo justifica de la siguiente manera: “Nosotros, los ochenteros, ya casi no tenemos espacios en los medios masivos de difusión porque ya no somos un negocio para esos grandes consorcios disqueros”, se queja.
Sin embargo, asegura que aún hay esperanzas. “Benditas sean las redes sociales, un regalo maravilloso que la tecnología nos dio y, a través de esa vitrina, nos mantenemos vivos”.
Esto es aún más complicado cuando se quiere mantener la esencia como artista y no sucumbir ante las exigencias actuales.
“Yo no puedo cantar ese tipo de música porque no la siento, no la vivo, no la domino, yo prefiero seguir con lo mío y ser auténticamente real”, señala. Así es un artista fiel a su criterio, así es Álvaro Torres.