Las familias de los civiles atrapados en Kursk tras la incursión de Ucrania piden a Putin y Zelenski un corredor humanitario
Los ruegos de los civiles rusos atrapados tras la incursión del ejército de Ucrania en la provincia rusa de Kursk enfrentan a Vladímir Putin ante un nuevo dilema: mantener su contraofensiva en esa zona o conceder un tiempo precioso a Kiev —para mantener el terreno ganado— a cambio de la evacuación de sus ciudadanos. Los familiares de cientos de civiles que se quedaron atrás en el distrito de Sudzha han escrito una carta a los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Ucrania, Volodímir Zelenski, así como a los defensores del pueblo de ambos países, Tatiana Moskalkova y Dmytro Lubinets, respectivamente, en la que le reclaman la creación de un corredor humanitario para poder abandonar la zona ocupada de manera segura. Según la ONG para la búsqueda de personas desaparecidas Liza Alert, al menos 698 ciudadanos siguen en la zona ocupada, aunque los medios rusos elevan a miles el número de personas atrapadas en Kursk.
“El ejercito ruso lanzó un ataque contra Sudzha el 11 de septiembre. Si las fuerzas armadas de Ucrania deciden defenderse en la ciudad, las posibilidades de sobrevivir de los civiles son mínimas”, claman las familias en la misiva. Además, recuerdan que las personas atrapadas en el frente suelen ser de un perfil muy vulnerable: “En su mayoría son personas mayores que no tuvieron tiempo de marcharse”.
Los firmantes también hacen énfasis en que el derecho de humanitario es una de las primeras víctimas de la guerra. “La población de una ciudad sitiada no debe ser sometida a bombardeos ni ataques directos. Sin embargo, entendemos que en los combates urbanos, con el uso de artillería y bombas aéreas, esto es imposible”, señalan los familiares en la misiva publicada por el diario ruso Nóvaya Gazeta.
Su afirmación rebate precisamente una de las acusaciones del Kremlin contra Kiev al inicio de la invasión rusa en 2022, cuando Moscú y su propaganda criticaron a las fuerzas armadas ucranias por parapetarse en sus ciudades, como Severodonetsk o Mariupol, y no salir a combatir a cielo abierto contra la superioridad militar enemiga.
Las 90 familias firmantes de la carta apelan a Kiev y a Moscú a cumplir sus obligaciones con los convenios de Ginebra y a negociar una salida para las personas atrapadas en el frente de Kursk. Estos acuerdos internacionales prohíben el uso de civiles como escudos humanos y obligan a las partes de cualquier conflicto a proteger a los habitantes de las zonas ocupadas.
Los familiares también recuerdan que la vice primera ministra ucrania, Irina Vereshchuk, afirmó el pasado 15 de agosto que Kiev estaba dispuesta a la apertura del corredor humanitario si Moscú también aceptaba esta iniciativa. Sin embargo, no hubo respuesta a esta iniciativa ni las propuestas del Comité Internacional de la Cruz Roja.
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“Hemos llamado a ambas partes para organizar el paso seguro de los civiles desde principios de agosto y hemos ofrecido nuestros servicios para entregar ayuda”, ha confirmado a este periódico una fuente de la organización.
Aunque la carta abierta a Zelenski y Putin menciona al menos 698 desaparecidos en el distrito de Sudzha, los familiares sospechan que pueden ser “muchos más”. El gobernador de la región de Kursk, Alexéi Smírnov, afirmó el pasado miércoles 11 de septiembre que más de 150.000 habitantes de la provincia han sido “reasentados en zonas seguras”.