Banana Republic y Forever21: en competencia
La apertura de una tienda de la marca estadounidense Banana Republic recuerda el caso de la exitosa Forever21, también de Estados Unidos, que se instaló en el país hace diez años. Durante sus primeras semanas, las largas filas de jóvenes esperando para entrar y comprar fueron notables.
Forever21 abrió en el centro comercial Ágora Mall, motivada por el éxito de sus ventas en línea a clientes dominicanos, que en esa época alcanzaban los US$10 millones. Este monto hacía del país un mercado atractivo, donde una tienda física prometía mantener y aumentar el volumen de ventas. Se pensaba que la exhibición física de productos, más atractiva que la digital, garantizaba el éxito, considerando además la ubicación en una plaza que atraía a clientes de clase media alta y alta.
Sin embargo, a pesar de agresivas estrategias de mercadeo, las ventas físicas no crecieron como se esperaba, y el volumen de compras en línea tendía a bajar. Esto, a pesar de que se intentaba igualar los precios de la página web con los del local de Ágora Mall. La diferencia de precio se debía a los costos locales: al pasar por aduana, los productos debían pagar impuestos, y en la tienda se añadía el 18 % del ITBIS, lo que aumentaba el precio entre un 15 y 20 %. A esto se sumaban otros costos como alquiler, energía, sueldos, promoción e impuestos sobre la renta.
El pasado domingo, en la página en línea de Banana Republic en Estados Unidos, se ofrecían camisas masculinas entre US$50 y US$70; vaqueros entre US$50 y US$100; y vestidos para mujeres desde US$160 hasta US$400, con envío gratis para compras superiores a US$50. Esta diferencia, provocada principalmente por la exoneración de impuestos (arancel e ITBIS) en compras en línea hasta US$200, crea un escenario que afecta la competitividad del comercio y la industria local frente a marcas estadounidenses. Un claro ejemplo es Forever21, que después de casi 10 años de persistente batalla, terminó cerrando su tienda en el país, rindiéndose ante la competencia con su propia página web.
Un desafío similar enfrentan empresas como AR Holding, que trajo a Banana Republic, y que también representa a cadenas internacionales en el país, como Zara (España), Victoria´s Secret, Adidas y Old Navy. El privilegio de las compras en línea sin impuestos hasta US$200 impacta sus ventas, ya que los productos importados vendidos en tiendas físicas deben pagar un 10 % de impuestos más el 18 % de ITBIS.
Algunos expertos estiman que en 2023 los impuestos no cobrados en estas compras superaron los US$350 millones, pagados principalmente por personas con altos ingresos. Esto contrasta con la situación de los consumidores generales, quienes, sin importar sus ingresos, pagan impuestos por productos de primera necesidad. Esta situación también erosiona el comercio formal local, que debe asumir mayores cargas impositivas.
El Gobierno intentó reducir o eliminar el límite libre de impuestos en compras en línea, proponiendo reducirlo a US$100. Sin embargo, las presiones de grupos sociales, couriers y el comercio informal tuvieron más peso que las recomendaciones del Banco Mundial y el BID. Estudios de estas instituciones muestran que en América Latina y la Unión Europea, la tendencia es reducir o eliminar este beneficio.