La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, tras ser destinada a Turquía: “Falta que me quiten la vida”

La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, se conecta por videollamada para conceder su última entrevista a un medio de comunicación, al menos por un tiempo. Son las cuatro de la mañana del lunes 9 de septiembre en Israel. Tiene preparadas unas maletas y está peinada y maquillada, pero a pesar de sus esfuerzos, el cansancio y la angustia son evidentes. Un nuevo decreto presidencial la obliga a viajar a Turquía, donde le han prohibido hablar sobre el conflicto en Medio Oriente y los asuntos internos de Ecuador. Más temprano, había dejado en el aeropuerto de Tel Aviv a sus dos hijos, de 16 y 19 años, que la habían acompañado en la misión de “mediación” de paz entre Israel y Palestina, designada por el presidente Daniel Noboa, tras la ruptura de la relación entre ambos, que fue evidente cuando sorpresivamente ganaron la primera vuelta electoral.

El cargo de embajadora en Israel fue una de las 500 opciones que tenía el mandatario, según reveló él mismo en una entrevista en enero. “La pude haber enviado a estar a cargo de la estación de la Antártida”, comentó Noboa. Sin embargo, en un acto que el Gobierno interpreta como magnánimo, la envió a un país en guerra en una misión absurda, dado el escaso impacto que Ecuador tiene en un asunto de tal envergadura. En realidad, solo era una medida de presión para que dimitiera.

A principios de agosto, en medio de la escalada del conflicto en Gaza y la amenaza de Irán de un posible ataque a Israel, la Cancillería ecuatoriana instó a los ciudadanos ecuatorianos que residen en Oriente Próximo a abandonar esos países por seguridad. En contraste, la vicepresidenta Abad recibió la orden presidencial de trasladarse a Turquía.

Antes de aterrizar en Ankara, Abad conversa con EL PAÍS para explicar que se trata de una nueva maniobra para amordazarla y presionarla a renunciar al cargo. La vicepresidenta asegura que lo único que faltaría para que Noboa no le transfiera el poder al iniciar la campaña electoral en enero es que le quiten la vida.

Pregunta: ¿Por qué la envían a Turquía?

Respuesta. La intención final es silenciarme. El Gobierno busca acallarme una vez más para que no interfiera en su campaña política, en la que evidentemente ya está inmerso. Mi traslado a Turquía no ha sido debidamente preparado. Hemos estado en diversas mesas de trabajo donde se han cometido atropellos administrativos que vuelven a afectar a mi familia. Plantearon que dejara a mis hijos en Israel para irme sola a Turquía. No es cierto que el traslado sea por razones de seguridad, el Gobierno y la canciller mienten. El equipo diplomático, por ejemplo, ha decidido quedarse en Israel, mientras que yo tengo que irme sola.

P. ¿Qué funciones le han asignado allá?

R. No tengo funciones. Lo que han hecho es ponerme al otro lado del conflicto. Lo único que he recibido son órdenes de un viceministro de Relaciones Exteriores [Augusto Barberis] que me indica que debo estar en Turquía el 1 de septiembre. Lo más grave de su comunicado es que puedo ir, siempre y cuando no haga declaraciones públicas sobre el conflicto entre Israel y Palestina ni sobre la política interna de Ecuador. Me están enviando a amordazarme. He solicitado explicaciones sobre por qué me envían a Turquía, pero hasta ahora no he recibido respuestas. Estas son las presiones para que renuncie y abandone el cargo por mi cuenta. El pésimo enemigo, como el propio presidente se ha calificado, no tiene límites.

P. El presidente Noboa la acusa de intentar un golpe de Estado y de aferrarse al poder por la denuncia de violencia política de género que hizo contra él y otros tres funcionarios, en la que ha pedido su destitución

R. Las pruebas son públicas. No sé qué más pretende el presidente; esto sobrepasa cualquier película de horror y terror. ¿Qué más va a hacer para forzar mi renuncia? No es una cuestión de voluntad, es lo que dicta la Constitución. El presidente ha decidido participar como candidato, es su derecho, pero debe renunciar a su cargo, porque las elecciones deben ser democráticas y justas.

P. ¿Qué cree que ocurrirá hasta esa fecha?

R. Lo único que falta es que me quiten la vida. Porque no existe otra forma, ni el Gobierno noboísta puede inventarse un mecanismo para evitarlo. Por más que calumnien mi nombre y destruyan a mi familia, como lo están haciendo. Esto tiene que ver con el pilar fundamental de un país, que es la democracia. Por respeto a la Constitución, estoy corriendo a Ankara a estas horas de la madrugada para cumplir con un decreto, porque la Constitución lo manda. Espero que el presidente Noboa haga lo mismo y no siga atropellando la ley, las instituciones, las familias y a las mujeres como lo ha hecho hasta ahora.

P. ¿Ha recibido apoyo de otros partidos políticos nacionales?

R. No. Los ecuatorianos ―incluidos los partidos políticos― que estamos ejerciendo democracia, lo que hacen es apegar a la ley, no a Verónica Abad. El pueblo ecuatoriano, aunque los jueces digan lo contrario, está convencido de que lo justo es que se lleve a cabo esa sucesión.

P. Cuando intentaron levantar la inmunidad para procesarla penalmente, recibió el apoyo de grupos políticos como Revolución Ciudadana. ¿No ha conversado con Rafael Correa?

R. No, y no me interesa conversar con ningún líder. Yo no soy candidata, no estoy en elecciones; estoy cumpliendo mi deber, realizando las funciones que me fueron delegadas desde el momento en que me asignaron la misión de paz. Cumplo con mi papel de vicepresidenta para el que fui elegida. No tiene sentido que hable con líderes políticos cuando ya hay una competencia política en Ecuador.

P. De darse la sucesión —Abad asumirá el cargo mientras no haya una nueva presidenta o presidente en febrero de 2025—, ¿qué es lo primero que haría como presidenta en funciones?

R. Garantizar un proceso transparente y limpio, que es lo que debe hacer el Consejo Electoral. Yo me encargaré de la parte ejecutiva, de no mal utilizar la estructura pública ni los bienes de los ecuatorianos. Por estar en campaña, este Gobierno ha descuidado aspectos tan importantes como la seguridad, la crisis eléctrica y la falta de empleo, cosas que nunca estuvieron en nuestro programa político. No hay mucho tiempo para hacer más que garantizar la paz y la imparcialidad.

P. ¿Cómo sería la relación con un Gobierno que, como usted ha denunciado, la ha desterrado y maltratado?

R. Son los ajustes necesarios para el país. No podemos tener un ministro que se dedica a hacer propaganda, cuando ya vemos que un ministro de Defensa opina sobre el tema eléctrico, que le compete a otro ministro, el de Energía. ¿Por qué todo es campaña en este momento? El ministro que quiera hacer su papel lo hará, no para perseguir vicepresidentas usando toda la infraestructura gubernamental. Porque eso hicieron con el show burlesco de acudir a la ley, acusándome de armar un golpe de Estado. Una mujer que está sola, con dos hijos, sin seguridad, corriendo a un búnker para intentar, según ellos, un golpe de Estado. Es un Gobierno de vergüenza y falsedades.

P. ¿Cuáles serán sus condiciones en Turquía?

R. No lo sé. Es la información que he solicitado insistentemente, sobre por qué eligieron Turquía, pero hasta ahora no he recibido respuestas. La vicepresidenta no es un objeto de uso para un presidente.

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