El debate sobre las armas de fuego en Estados Unidos entra en campaña tras el tiroteo en un colegio de Georgia

El tiroteo en el que un adolescente de 14 años mató el miércoles a dos profesores y dos alumnos en un instituto de Winder (Georgia) ha convertido la regulación de las armas de fuego en un asunto de campaña para las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre. Los dos candidatos y sus partidos tienen propuestas contrarias sobre cómo hacer frente a la epidemia de tiroteos masivos que golpea Estados Unidos de forma recurrente. Mientras Kamala Harris y los demócratas exigen endurecer la regulación de acceso a las armas y prohibir las armas de asalto, Donald Trump y los republicanos se cierran en banda a nuevas restricciones y apuestan por reforzar la seguridad en los colegios.

El debate se ha incendiado tras unas declaraciones en las que el candidato republicano a la vicepresidencia, J. D. Vance, se refirió a los tiroteos como una “realidad” (el literal en inglés, a fact of life, “un hecho de la vida”, tiene una mayor carga de indiferencia o resignación). Los demócratas han recordado que Trump se vanagloriaba de ser “el mayor fan” de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) y que en la convención de dicha organización sacó pecho por haber resistido las presiones durante su presidencia y no haber “hecho nada” para restringir el acceso a las armas de fuego. Tras un tiroteo en un colegio de Iowa con tres muertos en febrero, dijo: “Hay que superarlo: tenemos que seguir adelante”.

“La vicepresidenta Harris y el gobernador Walz saben que podemos tomar medidas para mantener a nuestros hijos seguros y mantener las armas fuera del alcance de los delincuentes. Donald Trump y J. D. Vance siempre elegirán a la NRA y al lobby de las armas por encima de nuestros hijos. Esa es la alternativa en estas elecciones”, señala Ammar Moussa, portavoz de la campaña demócrata.

Desde la tragedia del instituto Columbine de Colorado de 1999, ha habido 394 tiroteos en centros escolares que han expuesto a más de 360.000 alumnos a la violencia armada. Pese a ello, las armas de fuego no están entre las grandes preocupaciones de los estadounidenses ante las elecciones, según las encuestas. Los votantes han estado prestando más atención a asuntos como la economía, la inmigración, el aborto, los riesgos para la democracia e incluso la política exterior. Kamala Harris no mencionó siquiera el problema de los tiroteos masivos en su discurso de aceptación de la nominación demócrata en la convención de Chicago de hace tres semanas, pese a que ella misma encabeza por encargo de Biden la Oficina de Prevención de la Violencia Armada de la Casa Blanca.

Tras el tiroteo de Georgia, la candidata demócrata sí abordó el tema en un acto de campaña en North Hampton (New Hampshire) el mismo miércoles, calificando lo ocurrido de “tragedia sin sentido detrás de tantas tragedias sin sentido”. “Es simplemente indignante que todos los días en nuestro país, en los Estados Unidos de América, los padres tengan que enviar a sus hijos a la escuela preocupados por si su hijo volverá o no a casa con vida. No tiene sentido. Tenemos que pararlo, y tenemos que acabar con esta epidemia de violencia armada en nuestro país. No tiene por qué ser así”, dijo para luego añadir, saliéndose del guion: “Nuestros hijos están sentados en una clase en la que deberían estar desarrollando el potencial que Dios les ha dado, y una parte de su enorme y hermoso cerebro está preocupada por un tirador que irrumpe por la puerta de su clase. No tiene por qué ser así”. “Esta es una de las muchas cuestiones que están en juego en estas elecciones”, concluyó.

Reformas legales

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En un anterior acto de campaña, Harris sí dijo estar a favor de leyes de alerta roja, de la comprobación universal de antecedentes y de la prohibición de armas de asalto. Esas son algunas de las propuestas que ha defendido como vicepresidenta. Su estrategia pasa por impedir que las personas inestables y los menores accedan a las armas de fuego, aplicar soluciones preventivas en las escuelas y abordar las necesidades de salud mental de los estudiantes.

Harris propugna leyes que permitan a un familiar o a las fuerzas del orden solicitar una orden judicial para retirar temporalmente el acceso a las armas si consideran que el propietario puede hacerse daño a sí mismo o a otros. Los presidentes no tienen capacidad para cambiar las leyes, pero Harris, como vicepresidenta, ha pedido al Congreso que apruebe controles de antecedentes universales, una ley nacional de alerta roja, una prohibición de las armas de asalto y una ley de almacenamiento seguro. También pretende que se derogue la Ley de Protección del Comercio Legal de Armas, que otorga a los comerciantes y fabricantes de armas inmunidad especial frente a determinadas responsabilidades por sus productos.

El que sí habló de armas en la convención demócrata fue el candidato a vicepresidente, Tim Walz, moviéndose en ese equilibrio entre el respeto a la Segunda Enmienda de la Constitución (que consagra el derecho a llevar armas) y las restricciones. “Fui mejor tirador que la mayoría de los republicanos en el Congreso, y tengo los trofeos que lo demuestran. Pero también soy padre. Creo en la Segunda Enmienda. Pero también creo que nuestra primera responsabilidad es mantener a salvo a nuestros hijos”, dijo en su discurso.

Esta semana, tras el tiroteo de Georgia, insistió: “Como profesor, como estudiante y como padre, me encantaba la vuelta al cole, una época de esperanza y entusiasmo. Ahora, para esos niños, siempre será una época de puro terror, y ese será un recuerdo que guardarán para siempre”, dijo. “Es un recordatorio en el resto del país: tenemos trabajo que hacer. Y yo, por mi parte, estoy harto de oír hablar de pensamientos y oraciones en lugar de hacer algo de verdad”, añadió.

En esa misma línea se pronunció Biden este jueves en un acto en Wisconsin: “Como nación, no podemos seguir aceptando la carnicería de la violencia armada. Soy propietario de un arma. Creo firmemente en la enmienda, pero necesitamos más que pensamientos y oraciones. Algunos de mis amigos republicanos en el Congreso solo tienen que decir: ‘Ya es suficiente. Tenemos que hacer algo”.

Seguridad en los colegios

Trump ha eludido pronunciarse estos días sobre la regulación de las armas. Tras el tiroteo, se limitó a emitir una declaración de condena y pésame a través de su red social, Truth: “Nuestros corazones están con las víctimas y los seres queridos de los afectados por el trágico suceso de Winder, Georgia. Estos queridos niños nos fueron arrebatados demasiado pronto por un monstruo enfermo y trastornado”.

El que defendió la posición republicana fue el candidato a vicepresidente, J. D. Vance, que en un acto de campaña aseguró que los “psicópatas” ven como “objetivos fáciles” a las escuelas y propugnó reforzar la seguridad en los centros educativos. “Mirad, no me gusta esto. No me gusta admitir esto. No me gusta que esto sea una realidad. Pero si eres un psicópata y quieres aparecer en los titulares, nuestras escuelas son objetivos fáciles, y tenemos que reforzar la seguridad en nuestras escuelas, para que una persona que entra por la puerta principal para matar a un montón de niños no pueda hacerlo. De nuevo, como padre, ¿quiero que la escuela de mis hijos tenga seguridad adicional? No, por supuesto que no, no quiero que mis hijos vayan a la escuela, en un lugar donde no sientan que tienen que tener seguridad adicional, pero esa es cada vez más la realidad en la que vivimos” expuso.

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