Quiénes eran las víctimas mortales del tiroteo del instituto de Georgia

El enésimo tiroteo escolar en Estados Unidos segó la vida este miércoles de cuatro personas en el Instituto Apalachee, en Georgia. Colt Gray, un chico callado de 14 años que estaba en el radar del FBI desde hace más de un año, abrió fuego con un rifle semiautomático y mató a dos alumnos y a dos profesores del centro educativo. Otras nueve personas requirieron asistencia hospitalaria, aunque no se teme por sus vidas. Las autoridades han identificado a las víctimas. Se trata de Christian Angulo, estudiante latino de 14 años, descendiente de inmigrantes mexicanos; Mason Schermerhorn, alumno afroamericano de la misma edad, y los profesores de matemáticas Christina Irimie, de 53 años, y Richard Aspinwall, de 39. Esto es lo que se sabe de las cuatro víctimas mortales.

Christian Angulo

Christian Angulo, de 14 años, llevaba solo un mes en el instituto, pues estaba en el primer año y el curso había empezado recientemente. Era un estudiante latino, descendiente de inmigrantes mexicanos, según The Latin Times. Su hermana puso un mensaje de homenaje para pedir fondos en la página GoFundMe. “Me llamo Lisette Angulo. Soy la hermana mayor de Christian Angulo. Desafortunadamente, mi hermanito fue una de las víctimas del tiroteo en el Instituto Apalachee. Solo tenia 14 años. Era un chico muy bueno, dulce y cariñoso. Era muy querido por muchos. Su pérdida fue tan repentina e inesperada… Estamos realmente desconsolados… Realmente no se merecía esto”, escribe, pidiendo ayuda para los gastos funerarios.

Mason Schermerhorn

Mason Schermerhorn era un chico afroamericano alegre. A sus 14 años le gustaba leer, los videojuegos y visitar Walt Disney World. También acababa de empezar en el instituto. En una página de recaudación de fondos para el funeral, su hermana le recuerda como un adolescente divertido al que le gustaba contar chistes.

Un vecino describió cómo Mason se había convertido en un estudiante de primero de bachillerato a partir de un curioso niño de unos cuatro años que corría al patio del vecino cuando sus padres lo sacaban a la calle, informa Associated Press. Venía y decía: “¿Qué haces? ¿Qué haces? Era tan divertido verle así, como un niño pequeño”, dijo Tommy Pickett. La muerte de Mason dejó a Pickett conmocionado y a su hija, que había visto a Mason en la parada del autobús esa mañana, llorando.

“Ella realmente lo vio subir al autobús ese día y no volver a subir al autobús”, dijo Pickett. “Simplemente, no puedo creer que se haya ido así. ¿Por qué? ¿Por qué él? Siempre estaba sonriendo. Siempre era divertido, solo se reía y todo eso. Cuando hablaba contigo, sonreía y todo eso. ¿Por qué él? ¿Qué hizo para merecer eso?”, añadió a la citada agencia.

Los miembros de la familia describieron a Mason como alguien que siempre era positivo y siempre veía el lado bueno de las cosas. Una de sus aficiones favoritas era jugar a videojuegos con su PS5 y su casco de realidad virtual, según el canal de televisión Fox 5 de Atlanta.

Louis Briscoe contó a The New York Times que, cuando se enteró del tiroteo, llamó a la madre del chico, amiga y compañera de trabajo. Ella le dijo: “Mason ha muerto”, y se le encogió el corazón. “Nadie debería pasar por este tipo de dolor”, dijo Briscoe.

Richard Aspinwall

Aspinwall, de 39 años, era profesor de matemáticas y entrenador de fútbol americano, con la tarea de coordinar el juego defensivo. Él y su esposa, Shayna, enseñaron juntos en el Instituto Mountain. Tenía dos hijas pequeñas. “Increíblemente con el corazón roto por la pérdida de nuestro querido amigo el emntrenador Aspinwall. Él era realmente tan grande como es posible. Un ser humano increíble. Haría cualquier cosa por cualquiera. Increíble marido, padre, profesor y entrenador. Nunca te olvidaré, hermano”, tuiteó Brandon Gill, entrenador de fútbol americano del cercano Instituto Bufford.

“En mi caso concreto, creyó en mí cuando yo no creía en mí mismo. Me empujó a tener grandes aspiraciones a través de la fe que tenía en mí”, dijo Marquel Broughton, uno de sus antiguos jugadores en Mountain View, al Gwinnett Daily Post. “Su amor era genuino y su corazón puro. Su legado vivirá para siempre a través de aquellos a los que tocó. El entrenador A siempre será conocido como un héroe”.

Christina Irimie

Christina Irimie, de 53 años, era profesora de matemáticas en el Instituto Apalachee. Los estudiantes la describieron como paciente y cariñosa, según Fox 5 Atlanta. Irimie había cumplido años recientemente, así que para celebrarlo hizo una tarta y justo el día de su muerte había llevado pizza a su clase “para que pudiera celebrarlo con sus hijos”, dijo Gabrielle Buth, según informa NPR. Dicho medio señala que Irimie nació en Rumanía y todavía tiene familia allí, incluido un hermano, que ahora tiene que decirle a su madre, que acaba de ser operada de urgencia el pasado fin de semana, que su hija ha fallecido,.

“Era muy jovial y estaba llena de vida. Siempre contestaba al teléfono (en rumano): ‘Hola, mi amor’, todavía puedo oírla ahora: ‘Da Iubita’. Christina era una persona que te hacía sentir bienvenida e importante y era tan, TAN divertida. Simplemente llena de vida”, escribió Buth sobre su amiga en un mensaje a NPR.

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