La situación del arte dominicano
El lenguaje del arte es universal y atemporal, pero también es un reflejo de la esencia del pueblo. Y el mercado de las artes plásticas en la República Dominicana es un ejemplo, ya que refleja tanto la rica herencia cultural dominicana como la creatividad y el talento de los artistas que lo componen.
La pintura, la escultura, la instalación y hasta el arte digital son algunas de las disciplinas artísticas que forman parte de una manifestación en constante estado de evolución, compuesta por artistas, tanto emergentes como consolidados, que exploran temáticas diversas que abarcan desde la identidad cultural hasta la crítica social.
Aun así, expertos consultados coinciden en que, a pesar del creciente interés en el coleccionismo y el aumento de la proyección internacional de los artistas dominicanos, no se pueden ignorar los retos con los que tiene que lidiar el arte para poder seguir creciendo, ni sus limitaciones en comparación con otros mercados ante el insuficiente apoyo institucional.
El coleccionismo y el papel de las galerías
Es importante resaltar el papel crucial que juegan tanto el coleccionismo como las galerías y subastas en la promoción de artistas nacionales.
Por un lado, se ha notado un notable crecimiento en el coleccionismo de arte del país, especialmente entre las clases media y alta, destaca la promotora cultural María del Carmen Ossaye.
Un aumento que, entiende, ha sido impulsado por un creciente interés en adquirir obras de artistas locales y una mayor presencia de espacios dedicados al arte.
“El coleccionismo en nuestro país tiene consecuencias cualitativas y cuantitativas, porque hay un sector de artistas que se nutre de esta característica, el coleccionismo, al tiempo que se siente la presencia de nuevos coleccionistas y actividades relacionadas con esta práctica, como fue la pasada feria de arte Fiaci RD”, explica la directora de la Fundación Ossaye Casa de Arte.
“Esto da oportunidad de que haya más opciones de venta de obras de arte, porque en la medida que se desarrollan los ejes culturales económicos del país, suma a la República Dominicana su proyección internacional, y porque hoy, en estos momentos, los artistas criollos ya tienen presencia internacional con el soporte de capital dominicano”, añade.
Sin embargo, hay una evolución en ese campo, ya que cada vez se integran más coleccionistas, muchos de ellos jóvenes, algo que sorprende al periodista, diplomático y crítico de arte Cándido Gerón porque, anteriormente, el coleccionismo atraía básicamente a personas con cierta edad y recursos suficientes, una afición que hoy en día se ha expandido.
El reconocido crítico de arte explica que se trata de jóvenes que entienden que el coleccionismo es una forma de motivar el mercado e invertir su dinero en una disciplina o un campo rentable.
“Comprar obras de arte de calidad, que al mismo tiempo tengan el registro del artista y cierta originalidad, es una manera de ir creando un capital económico que más tarde les va a servir para tener un patrimonio”, agrega Gerón.
Para Bingene Armenteros, curadora y directora del Centro Cultural Amaya, el país también cuenta con coleccionistas maduros con alto conocimiento, una visión clara de sus colecciones y que invierten tiempo informándose sobre los artistas y sus obras.
“Sin embargo, creo que se puede hacer un trabajo para motivar a más personas a convertirse en coleccionistas. Si nos comparamos con países como México, EEUU, España, o Francia todavía nos queda un gran camino por recorrer, aunque en los últimos años se haya visto un resurgimiento por coleccionar arte”, expresa Armenteros.
Valoración de las obras
Las galerías de arte también se han convertido en factores clave para la promoción y comercialización del arte contemporáneo dominicano al atraer a coleccionistas, críticos y amantes de esta disciplina tanto locales como internacionales.
Para cotizar y valorar una obra de arte plástica se consideran varios factores clave, según Bingene Armenteros. Entre ellos destacan las exposiciones individuales y colectivas en las que el artista ha participado, la presencia de sus obras en colecciones importantes, tanto de museos como de empresas o coleccionistas reconocidos.
Además, se valora la proyección del artista a nivel local e internacional, su actividad y evolución artística continua, así como la demanda de su obra.
“Es crucial que el artista controle y proteja su producción para evitar la saturación del mercado, lo que también influye en la valoración final”, resalta.
Por su parte, Mildred Canahuate Payán, directora de la Galería de Arte Arawak, añade que “los criterios de valoración de una obra de arte requieren un amplio conocimiento y experiencia, ya que cada obra de arte es única y esos criterios pueden variar, según el momento en que se realice y el motivo por el cual se está valorando”.
Y cita entre los factores indispensables para tasar una obra de arte de forma precisa los siguientes:
- La trayectoria del artista.
- La calidad de la obra.
- La originalidad.
- La técnica y materiales utilizados.
- El tamaño.
- La fecha o periodo en que la obra fue realizada.
- El estado de conservación de la obra.
- La firma del autor.
- La procedencia de la obra.
La difusión del arte
Entre los espacios esenciales para promover la difusión, el diálogo y la comercialización del arte contemporáneo dominicano a nivel local e internacional hay que resaltar eventos como la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (FIART), la Bienal Nacional de Artes Visuales organizada por el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, Santo Domingo Art Week, Fiaci RD, Photoimagen, ArtForo.
El intercambio cultural es otro factor clave en la difusión de las artes plásticas dominicanas. A través de colaboraciones con instituciones culturales y embajadas, los artistas dominicanos han podido participar en proyectos internacionales.
“A nivel del Caribe, República Dominicana, Cuba y Puerto Rico son los países de mayor dinámica en el asunto de las artes visuales o artes plásticas”, explica Gerón, quien también destaca que la República Dominicana se ha ido posicionando en el Caribe como un país pujante desde el punto de vista de las artes plásticas y otras artes como, por ejemplo, el teatro y la literatura.
“El mercado del arte está cada vez más globalizado y esto ha facilitado la adquisición de obras a través de plataformas digitales y subastas internacionales que ofrecen una amplia variedad de obras de arte de artistas, jóvenes y establecidos, con una gran variedad de estilos, técnicas, formatos y precios”, resalta también Canahuate Payán.
Los retos a enfrentar
A pesar de su continuo crecimiento y dinamización, este mercado aún se enfrenta a varios desafíos, siendo uno de los principales el acceso limitado a la infraestructura necesaria para la promoción y venta de arte.
Además, el apoyo institucional para las artes plásticas sigue siendo insuficiente. La falta de fondos y recursos destinados a proyectos artísticos obliga a muchos artistas a buscar oportunidades fuera del país, lo que limita el desarrollo interno del talento local, opinan los expertos.
“Desgraciadamente, el arte dominicano, en ese sentido, se ha quedado un poco rezagado y se requiere una política bien amplia, pero no solamente desde el punto de vista de la promoción, sino de apoyar a los artistas para que puedan hacer un arte de calidad y así competir con otros pintores del Caribe, o de Centroamérica”, reclama Gerón.
Otra dificultad con la que tiene que lidiar este sector es la economía informal que caracteriza una gran parte del mercado del arte en la República Dominicana, realidad que dificulta la implementación de mecanismos que protejan tanto a los artistas como a los compradores.
“Siempre hay áreas de mejora”, opina Bingene Armenteros. “Cuando exista una alianza estratégica entre lo público y lo privado en las artes visuales, y tengamos una ley de mecenazgo que motive e incentive las artes visuales, estaremos en otro nivel”.