La corrupción, pero con obras
Lo escuché por años en Puerto Rico, incluido entre personas de mi familia, al referirse a un exgobernador: «Pedro Rosselló será un corrupto, pero hizo obras y había dinero». También lo leí recientemente en Panamá con el expresidente Ricardo Martinelli: «robó, pero hizo obras«. Y ahora un estudio con datos certeros, encomendado por el propio gobierno, confirma esa creencia entre la mitad de la población de la República Dominicana: que la gente puede tolerar a un corrupto que «resuelve» sus problemas.
Esa visión cotidiana y aceptada de la corrupción no es un problema exclusivo de nuestra comarca caribeña, pues se ha convertido en el mayor enemigo de las sociedades, incluidas aquellas que no son democráticas. Miremos el caso de Cuba. Hace más de una década, concretamente en el 2011, decía Raúl Castro Ruz lo siguiente sobre el creciente problema de corrupción en ese Estado socialista: «La corrupción puede llevarnos a la autodestrucción de la revolución». Tenía razón Castro Ruz, pues el mayor problema de Cuba hoy día es la deshonestidad en el manejo de los recursos del país, donde prácticamente todo el mundo mete las manos en lo poco que hay.
La corrupción, lo he dicho antes y lo reitero, es el mayor enemigo de cualquier modelo de gobierno. Tumba dictaduras, reinos, imperios y democracias con la misma facilidad. Así que cuando uno lee esa encuesta hecha por el Ministerio de Economía tiene que asustarse y pensar en cómo se puede enfrentar una práctica que parece venir en la memoria genética de los ciudadanos a todos los niveles, pues no se trata solamente de los políticos.
Una sociedad corrupta es una sociedad carente de valores y de moralidad, los cuales se forman a través del proceso educativo en la casa, la escuela y la calle. Así que esa tolerancia de la mitad de la población a la corrupción parte de un problema educativo, que no solo se limita a lo que se enseña en las escuelas, sino que se extiende a lo que se aprende en la casa a través del modelaje. ¿Se puede extirpar ese tumor repleto de inmoralidad? No sé, creo que hace tiempo se nos hizo tarde.