Violencia machista
Se habla mucho del impacto de la violencia machista en nuestra sociedad, de la necesidad de tomar medidas, de cambiar paradigmas y de enfocarse en estrategias preventivas, utilizando la educación como herramienta clave.
Sin embargo, la realidad es que el problema persiste. Hasta ayer, 34 mujeres han sido asesinadas por sus parejas, con los celos o un erróneo sentido de propiedad como pretextos.
Aunque las cifras son menores en comparación con el mismo período del año pasado, no debe considerarse un logro. En una sociedad donde un hombre asesina a una mujer cada semana, la estrategia preventiva se revela como un fracaso.
El problema se ha vuelto tan grave que muchas mujeres han optado por defenderse del maltrato y han decidido tomar la justicia en sus manos, cansadas del abuso y de la falta de protección institucional.
Es cierto que la mejor herramienta contra la violencia entre parejas es la educación, pero no debe quedarse en teoría; debe convertirse en una práctica social generalizada, para eliminar este flagelo.