«Emily en París» estrena su cuarta temporada este jueves
La serie que ha elevado el gusto a la Generación Z, ya va por la cuarta temporada. «Emily en París» sigue encandilando a los espectadores, transportándoles a los lugares más emblemáticos de la ciudad francesa; mostrándoles los outfits más exquisitos y haciéndoles partícipes de las jugosas relaciones y movimientos sorpresa de sus protagonistas.
Si Darren Star se echó al bolsillo a la audiencia treintañera con la serie Sexo en Nueva York, mostrando los encantos de la Gran Manzana y el gusto estético de su protagonista Carrie Bradshaw, de igual manera lo ha hecho con Emily en París.
Esta vez embaucando a un público más joven que ha respondido fervientemente a la apuesta de este productor estadounidense, por el «bon vivant«.
Las dos series se basan en las vivencias de dos periodistas norteamericanas reales. Candance Bushnell narraba sus peripecias sociales y sexuales en una columna del New York Observer y Rebecca Refflel trabajaba como corresponsal en París para Hollywood Reporter.
Ambas mujeres, inspiraron a Darren Star, con sus experiencias en primera persona, donde abunda la gente atractiva que recorre los rincones donde la vida es bella.
El encanto de Lily Collins, Emily Cooper, la publicista que da el toque americano a la agencia francesa de marketing Savoir, demandaba un estilo especialmente seductor. Y la elección de Lily Collins como la protagonista resultó una apuesta segura.
En la trayectoria profesional de esta artista, quedan perfectamente combinadas sus distintas facetas: actriz y modelo, además de contar con cierto background como periodista de televisión.
Hija del músico británico Phil Collins y la actriz norteamericana Jill Tavelman, Lily protagonizó a Blancanieves en la película Mirror, mirror (Tarsem Singh, 2012) y fue la imagen de Lancôme en 2013.
Antes y después de estos dos momentos clave de su carrera profesional, esta artista no paró de trabajar en distintas producciones televisivas y cinematográficas, a la vez que se la consideraba una de las Hijas más Atractivas de las Estrellas del Rock, o Modelo Internacional de Año de la revista Glamour.
Aun así, Lily Collins se ha convertido en fenómeno global, a partir del éxito de la serie de Netflix, Emily en París. Su atractivo incuestionable, unido a su encanto personal, sostiene de manera solvente el peso de un personaje por el que orbitan escenarios, localizaciones y tramas que definitivamente enganchan al espectador.
En París ya existen tours que recorren los rincones, restaurantes y plazas que aparecen en la serie, a cuál más apetecible.
Desde el edificio en el Barrio Latino donde se sitúa el apartamento de la protagonista, en la Place de l’Estrapade, pasando por La Boulangerie Moderne donde Emily descubre los apetecibles pains au chocolate, hasta llegar a la Place de Valois, donde se sitúa la oficina en la que trabaja.
Queda a la elección del turista, que haya disfrutado de los escenarios de la serie, tanto como de la historia misma, llegar hasta a la Rue de l´Abreuviour «la calle más bonita de París» en el corazón de Montmartre, acercarse a La Maison Rose lugar emblemático de encuentro de artistas o conocer la Monnaie de París (La Casa de la Moneda) caracterizada por ser la más antigua del mundo.
Por no hablar de la multitud de coquetos cafés y restaurantes que aparecen en la serie, llenando la ciudad de encanto y estrellas Michelin.
Entre los más curioseados, por los fans de la historia, está el que regenta Gabriel (Lucas Bravo), vecino de Emily, que desde su primera aparición llenó la trama de tensión sexual: el restaurante Les Deux Compères.
El nombre real del local es Terra Nera y está situado en el número 18 de la Rue des Fossés Saint-Jacques, también en el Barrio Latino de la capital francesa.
El estilismo de Patricia Field Junto a estas localizaciones, el look de Emily compite en estilo y glamour. La estilista Patricia Field, que ya deslumbró vistiendo a Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York y a las protagonistas de El diablo viste de Prada, logra un vestuario espectacular, provocador de tendencias y no exento de polémica.
Un estilismo que dota de carácter a la historia y a sus personajes y que va evolucionando con ellos.
En esta ocasión, el personaje protagonizado por Lily Collins es veinteañero, por lo que la diseñadora apuesta combinando firmas de Alta costura con marcas más comerciales. Chanel, Givenchy, Missoni, Dior o Jean Paul Gaultier conviven con Levi´s, Burberry o Lacoste, pero también con Zara y H&M.
Toda una declaración de intenciones que llena de opiniones, acerca de estos deslumbrantes outfits, las páginas de las revistas de moda y las redes sociales.
Lily Collins, como productora de la serie, trabaja codo con codo con el equipo de la película, en la construcción de su personaje, convirtiendo a Emily Cooper en un auténtico icono internacional.
Si en las anteriores temporadas resucitó el gusto por la elegancia con inspiración en la Nouvelle Vague o en el estilo Audry Hepburn, en esta cuarta temporada promete seguir haciéndolo e incorporando nuevas propuestas que no dejen indiferente al espectador.
(Texto: Carmen Jiménez)