Estados Unidos refuerza su presencia militar en Oriente Próximo ante la escalada de las tensiones
Estados Unidos desplegará un número adicional de aviones caza y buques de guerra ―cruceros y destructores― en Oriente Próximo (y en el Mediterráneo oriental) ante la escalada de la tensión en la región en el momento más peligroso desde el comienzo de la guerra en Gaza, después de los asesinatos de dirigentes de Hamás y Hezbolá en Teherán y Beirut, y los temores a represalias por parte de Irán y sus milicias aliadas.
Washington, como otros aliados en la región, teme que Teherán pueda lanzar un ataque contra Israel similar, o de mayores dimensiones aún, al que perpetró en abril, con centenares de drones y misiles, entonces como venganza por la muerte de siete de sus mandos militares en un bombardeo contra un edificio consular en Damasco. En aquella ocasión, aviones estadounidenses y de otros países aliados se desplegaron para interceptar la mayor parte de los proyectiles dirigidos contra el territorio israelí.
El Pentágono también teme que milicias aliadas de Teherán, como los hutíes en Yemen o Kataib Hezbolá en Irak puedan intentar atacar a las tropas estadounidenses destacadas en la zona, como ha venido ocurriendo en momentos de gran tensión en la región desde que se inició la guerra en Gaza hace casi diez meses.
Irán ha prometido responder al asesinato del jefe político de Hamás, Ismail Haniya, en la madrugada del miércoles en Teherán y cuya responsabilidad atribuye a Israel. Esa muerte, sumada a la de Fuad Shukur, número dos de la milicia chií libanesa Hezbolá, en Beirut el martes, ha desencadenado el temor a que el actual conflicto entre Israel y Hamás en Gaza pueda extenderse a otras zonas en Oriente Próximo. Un escenario que Washington desea evitar a toda costa, inmerso en el último tramo de su espinosa campaña electoral para las elecciones presidenciales de noviembre.
En un comunicado, el Pentágono indica que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha aprobado el envío de más buques y aviones a la zona. Austin “ha ordenado un ajuste a la postura militar estadounidense diseñada para mejorar la protección de las fuerzas estadounidenses, aumentar el apoyo a la defensa de Israel y garantizar que Estados Unidos está preparado para responder en diversas circunstancias”, indica el texto. Washington también había reforzado su presencia militar en la zona en los días previos al ataque iraní del 13 de abril.
Austin habló con su homólogo israelí, Yoav Gallant, horas antes del anuncio del Pentágono. El secretario de Defensa subrayó a su interlocutor que “una mayor escalada (de las acciones) no es inevitable, y que todos los países de la región se beneficiarían de una reducción de las tensiones, mediante pasos como la puesta en marcha de un alto el fuego en Gaza y un acuerdo para la liberación de rehenes”.
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Al mismo tiempo, también insistió en que ni Irán ni las milicias a las que protege en la región “deben tener ninguna duda” sobre la determinación de Estados Unidos a respaldar a Israel frente a posibles agresiones.
Un día antes, el presidente estadounidense, Joe Biden, conversó también por teléfono con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. En esa llamada, el inquilino de la Casa Blanca abordó posibles despliegues adicionales para proteger a Israel.
Los buques de guerra que Estados Unidos planea enviar cuentan con sistemas de defensa antimisiles. Washington también enviará un escuadrón de cazas a Oriente Próximo, y estudia pasos para desplegar más sistemas de defensa antimisiles en tierra, según el Pentágono. El Departamento de Defensa no ha precisado cuándo quedarían desplegados estos activos.
Austin también ha ordenado que el portaaviones Abraham Lincoln y su grupo de buques de escolta sustituyan al ya presente en la zona bajo responsabilidad del Mando Central, el Theodore Roosevelt, y que tenía previsto el regreso a su base. La orden del secretario de Defensa apunta a que el Pentágono ha decidido mantener constantemente al menos un portaaviones en la zona mientras las tensiones continúen en los altos niveles actuales.
Estados Unidos también cuenta en la zona con buques del grupo anfibio WASP que operan en el Mediterráneo oriental, recuerda el Pentágono. Esta formación está tripulada por 4.500 marinos e infantes de Marina, y está dotada de una treintena de aviones y helicópteros.
El Departamento de Defensa insiste en que Washington “continúa centrado en rebajar las tensiones en la región e impulsar un alto el fuego como parte de un acuerdo para que los rehenes (israelíes retenidos en Gaza) puedan volver a casa y que termine la guerra en la Franja”.
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