Nelson Carlo, primer dominicano en ganar Oso de Plata Berlinale
«Pepe», película dominicana perteneciente al género de cine ensayístico que cuenta la historia de un hipopótamo capturado en África y traído hasta América, representa una metáfora de la construcción de la identidad de las sociedades caribeña y latinoamericana, a partir de desplazamientos y conflictos.
Pero, además, esta cinta le ha dado a la República Dominicana y a su director, Nelson Carlo de los Santos Arias, su primer Oso de Plata en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale).
«Uno no piensa en eso, porque constantemente tiene un proyecto que está haciendo y lo está tratando de financiar, o está en un estado que no tiene que ver con los festivales», asegura.
Y añade: «Yo sé que para muchas personas es difícil de creer que un director no piense en los premios, pero realmente uno crea una relación tan especial con la creación que no tiene nada que ver con reconocimientos. No es una falsa humildad, hay gente que, como yo, piensa así, que nos educaron así».
«Uno se siente muy feliz, obviamente, son cosas que marcan y a la vez (significan) que hay mucho trabajo que hacer», así respondió Nelson Carlo en una entrevista para Diario Libre tras obtener el galardón. Y es que, para él, este premio va más allá de algo para hacerlo más famoso.
«Realmente son galardones valorados en sociedades como las nuestras, donde es muy difícil que un artista pueda singularizarse. República Dominicana es un país complejo para las formas alternativas del arte y de cualquier cosa en sentido general», reflexionó. Razón tiene.
«Pepe» es un proyecto concebido de una forma peculiar y alternativa. Esta película, que fue financiada a través del Art. 34 de la Ley 108-10 para el fomento de la actividad cinematográfica en la República Dominicana, se adentra a los escenarios sociales, relacionándose con las comunidades, y tuvo un proceso de investigación que le vincula a lo académico y antropológico.
Un proceso complejo que terminó con una cinta que además fue ganadora del Fondo para la Promoción Cinematográfica (Fonprocine) de la Dirección General de Cine (Dgcine) en los años 2021-2022. «Esos premios permiten la existencia de un grupo de personas y por eso se vuelven políticos también».
«La importancia de ese premio es que me asegura mi existencia como artista y pensador libre», agrega. «Siempre será muy difícil, pero este tipo de premios te ayudan un poquito a que las cosas sean más placenteras, que uno pueda tener una vida digna y hacer un arte no comprometido, eso es algo fundamental para pensar verdaderamente en cambios importantes en el mundo, por lo menos a mí me gustaría tener otro tipo de mundo y que más artistas, no solamente yo, podamos crear sin entrar en la lógica del capital. Eso siempre será mejor para la humanidad».
«Lo único que importa en los premios, vuelvo y lo repito, es que sirven para que nosotros podamos continuar existiendo, porque dentro de la lógica del capital el premio sirve de bandera, entonces uno juega el juego y, bueno, los premios sirven para jugar ese juego».
Para él, y como cualquier realizador, dedicarse al cine no es un camino solo de rosas y no tiene por qué ser así, conlleva sacrificios que él asume como parte del proceso creativo.
«Si tú no coges lucha significa que te fuiste a otro universo que no tiene nada que ver con la ética de la creación«, asegura. «Ese camino siempre será más difícil, pero más satisfactorio», añade el cineasta que ha hecho historia como el primer latinoamericano en llevarse este premio en la Berlinale.
«En el capitalismo todo lo que tiene que ver con el pensamiento es inútil, no tiene ninguna función práctica en las maquinarias económicas».
Al ser cuestionado sobre la forma en que define el tipo de cine que realiza, él lo tiene claro: no lo define. «Yo no lo defino, yo produzco imágenes y sonidos, donde artículo una conversación política, un trabajo que me toma siempre mucho tiempo y crea una ética con lo que está representando».
Y añade: «No se define porque justamente lo que hace es poner el proceso de la creación en un primer plano y eso siempre tiene un montón de matices: políticos etnográficos, antropológicos, como en mi caso; entonces, un proceso siempre es abierto en cualquier cosa de la vida».
La historia detrás de «Pepe»
- La trama surgió mientras Nelson estaba en casa de un amigo pintor colombiano en Medellín tras terminar ‘Cocote’, una experiencia muy intensa de la que necesitaba despejarse.
Viajó a Colombia, donde se alojó con Camilo Restrepo. «Una mañana me desperté en su casa y vi la escultura de un hipopótamo apuntada por unos 5 mil soldaditos de plástico. Esa imagen me impactó, Camilo me contó la historia de ‘Pepe’ y le dije ‘tengo que llevarla al cine‘. Lo demás es otra historia.