El círculo de Navalni exige la entrega del cadáver del opositor ante la reticencia de las autoridades
Con su afligido rostro oculto de las cámaras por una mano, la madre del opositor ruso Alexéi Navalni, Liudmila Naválnaya, entró este sábado en la prisión IK–3 de la ciudad de Jarp, en el círculo polar ártico, para buscar los restos mortales de su hijo, a quien vio vivo por última vez hace apenas cinco días. Solo halló la confusión deliberada de las autoridades rusas. “Es evidente que mienten y hacen todo lo posible para no entregar el cuerpo”, ha denunciado la portavoz del activista, Kira Yarmish, después de que la familia de Navalni, fallecido en extrañas circunstancias este viernes, escuchase versiones diferentes de lo sucedido.
Nadie del entorno del líder opositor sabe dónde se encuentra su cuerpo. El que fuera uno de los disidentes más denostados por Putin, si no el que más, había sido trasladado en secreto en diciembre a la prisión de la región de Yamal-Nenets, a casi 2.000 kilómetros al noreste de Moscú. Según la versión del Servicio Penitenciario Federal ruso, sufrió un desvanecimiento mientras daba un pequeño paseo por sus instalaciones.
“Cuando el abogado y la madre de Alexéi llegaron a la colonia penal esta mañana, les dijeron que la causa de la muerte de Navalni fue un síndrome de muerte súbita”, ha revelado el director de la Fundación contra la Corrupción de Navalni, Iván Zhdanov. Sin embargo, un miembro de la comisión investigadora dijo a la familia que tuvieron que repetir los análisis y sus resultados no se conocerán hasta la semana que viene. Aunque más tarde, el entorno escuchó otra versión diferente.
Vueltas en círculos
“Los abogados han sido informados de que la investigación no ha establecido ninguna causa criminal”, informó Yarmish por la tarde a través de sus redes sociales. “Mienten literalmente todo el tiempo, nos hacen dar vueltas en círculos mientras cubren sus huellas”, denunció la portavoz de Navalni.
Lo único que sacó en claro el círculo de Navalni es que el cuerpo no será entregado “hasta que la investigación sea completa”, según les advirtieron las autoridades rusas, aunque desconocen el paradero de los restos mortales del activista.
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“No hay ningún cadáver en las morgues”, ha subrayado Zhdanov. Los empleados de la colonia penal IK–3 contaron a la madre del opositor que su cuerpo fue enviado al hospital de Salenjard. Sin embargo, cuando Liudmila Naválnaya y su abogado se presentaron en su morgue, sus puertas estaban cerradas. Al llamar al teléfono de asistencia que había escrito a su entrada, los empleados de las instalaciones aseguraron que allí no se encontraba Navalni.
El opositor ruso, envenenado en agosto de 2020 con un poderoso agente químico, el novichok, había sufrido desde su reclusión un encierro duro. Según su entorno, fue enviado a la celda de castigo hasta en 27 ocasiones desde que fue enviado a prisión en 2021.
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