Disminuyen las relaciones sexuales en Francia
Una encuesta del Instituto de Estudios de Opinión y Marketing en Francia (Ifop) muestra que los franceses, y los jóvenes en particular, han tenido menos relaciones sexuales que en cualquier otro momento de los últimos 50 años. Según el 76% de los casi 2,000 entrevistados, no han tenido una relación sexual en 2023.
Otro resultado es que uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años admite no haber mantenido relaciones sexuales durante el año pasado. Esta cifra es cinco veces superior a la de hace cinco años.
Aunque esta noticia no es favorable para la campaña de «rearme demográfico» lanzada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, es importante analizar el fenómeno y lo que dice sobre los cambios en la sociedad francesa.
François Kraus, director de la unidad de género, sexualidad y salud sexual de Ifop, analiza el resultado al micrófono de Jean-Baptiste Marot de RFI.
Desciende la frecuencia e intensidad
En primer lugar, las conclusiones. François Kraus, en su encuesta muestra no solo un descenso en la frecuencia de las relaciones sexuales de los franceses y francesas, sino también un descenso en la intensidad de la actividad sexual. Kraus afirma: «¿Puede darnos algunas cifras reveladoras?».
Kraus explica que hay varias formas de medir la actividad sexual en Francia. Según él, la primera es preguntar si han tenido al menos una relación sexual en el año.
En este caso, la tasa se sitúa en torno al 75%. En 2006, durante la última gran encuesta sobre sexualidad realizada, esta tasa era de alrededor del 90%.
En términos de intensidad, también se ha producido un descenso en la proporción de personas que mantienen relaciones sexuales al menos una vez a la semana.
Ha bajado al 43% desde los quince puntos más altos de 2009.
Así que está claro que el fenómeno de la disminución de la actividad sexual que estamos viendo en los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania y otros países occidentales también está afectando a Francia, por una variedad de razones, incluyendo los cambios tecnológicos, sociales y culturales, en particular el uso de pantallas.
Qué pasa con los jóvenes
Esta tendencia afecta también a una población particular, la de los jóvenes. Kraus comenta: «Básicamente, son los jóvenes. Las hormonas y los ciclos vitales influyen en ellos, y son los que tienen más necesidades sexuales».
Además, señala que los jóvenes están más expuestos a las pantallas, lo cual puede influir en su actividad sexual. También menciona la evolución cultural post-Metoo en la relación entre género, consentimiento y la asunción de una asexualidad, a diferencia de generaciones anteriores que estaban mucho más sexualizadas en sus relaciones y vida cotidiana.
Cuando se le pregunta si las pantallas son las principales culpables de que los franceses tengan menos sexo, Kraus responde que el fenómeno es multifactorial y que no se puede atribuir a una sola causa.
Menciona efectos psicológicos, hormonales, la contaminación y el medio ambiente, así como efectos culturales que están cambiando la concepción de la pareja y el consentimiento.
Sin embargo, destaca que las pantallas juegan un papel central en la vida de las personas, tanto en el trabajo como en su vida privada, y pueden afectar las oportunidades de tener relaciones sexuales.
Kraus también comenta que esta disminución en la actividad sexual puede reflejar una nueva concepción de la pareja y cambios en los valores. Afirma: «Tener una vida sexual intensa y agitada está mucho menos valorada socialmente en estas nuevas generaciones».