La comisión electoral rusa veta al opositor Borís Nadezhdin, crítico con el Kremlin y la guerra
El presidente ruso, Vladímir Putin, no tendrá oposición alguna en las elecciones presidenciales del 17 de marzo. La comisión electoral central ha rechazado la candidatura del politólogo Borís Nadezhdin, el último clavo al que se habían aferrado los ciudadanos que rechazan la invasión de Ucrania. Su veto se suma al de la periodista Yekaterina Duntsova, arrestada hace unas semanas tras anunciar que formaría un partido político nuevo. Nadezhdin asegura que recurrirá la decisión de la junta electoral, que tachó de falsas miles de firmas de apoyo al disidente.
La junta electoral ha confirmado que concurrirán cuatro candidatos en marzo. Putin —independiente—, y tres representantes de partidos presentes en la Duma: Nikolái Jaritónov, del Partido Comunista de la Federación de Rusia, Leonid Slutski, del Partido Liberal-Demócrata (PLDR, populistas y ultranacionalistas de derecha), y Vladislav Davankov, de Gente Nueva (centroderecha).
“Os pido que no bajéis los brazos. Ha sucedido lo que muchos no podían creer: los ciudadanos sintieron que es posible un cambio en Rusia”, ha manifestado Nadezhdin, el aspirante a sus seguidores tras conocer la decisión final de la prohibición de su candidatura. “No estoy de acuerdo con esa decisión, recogí más de 200.000 firmas en toda Rusia, de forma abierta y honesta: todo el mundo observó las colas en nuestra sede y puntos de recolecta”, ha lamentado Nadezhdin, que ha prometido que Rusia “será un país grande y libre”.
Más de 9.000 firmas denegadas
Según el político, la presidenta de la comisión electoral, Ella Pamfilova, “se ha comprometido a examinar y dar una respuesta detallada” a sus objeciones sobre la invalidación de las firmas. Además, tiene previsto recurrir al Tribunal Supremo en caso de continuar su veto. El organismo, que aceptó analizar 104.734 firmas, ha atribuido al político 9.147 supuestamente irregulares, lo que superaría el 5% máximo permitido. De estas, la mayoría han sido denegadas por presuntos “defectos” en su recolección por las plataformas de Nadezhdin o su verificación por notarios, mientras que apenas 81 estarían repetidas y 11 pertenecían a personas supuestamente fallecidas.
La oposición piensa que la junta electoral ha forzado estas irregularidades para dejar fuera a Nadezhdin. “Una sesión de magia negra”, ha manifestado Roman Udot, copresidente de la ONG por la transparencia electoral Golos. El activista puso como ejemplo la comparación entre una firma invalidada y su transcripción por la comisión. Si en el documento original había sido recogida en la ciudad de Rostov-Na-Donú (Rostov del Don), en el listado de la junta electoral aparecía mal escrita como Rostov-Na-Domú (Rostov a la Casa, aproximadamente).
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
La candidatura de Nadezhdin resultaba sospechosa para muchos opositores por ser uno de los pocos críticos —de forma moderada— que todavía tenían algo de voz en los debates de los canales de propaganda del Kremlin. Aunque defiende la paz con Ucrania, en algunos puntos coincide con el Kremlin y algunos disidentes le acusaban de haber dicho en televisión “soy un putinista latente”.
Otro recelo hacia Nadezhdin partía de sus lazos con algunas figuras próximas a Putin. El politólogo fue elegido diputado de la Duma estatal a finales de los noventa como miembro de la Unión de Fuerzas de Derechas, en la que participaba por un lado Borís Nemtsov, asesinado en 2015 por su oposición frontal a la guerra de Donbás, y, por otro, Serguéi Kiriyenko, actual subjefe del gabinete presidencial de Putin.
“Es bastante obvio, lo pudimos ver en las elecciones pasadas: sin Kiriyenko, que está a cargo de los comicios, no pasa ni un ratón de la primera etapa, la recogida de firmas”, le dijo a Nadezhdin en una entrevista reciente Ksenia Sobchak, hija del exalcalde de San Petersburgo que introdujo a Putin en el poder, hoy crítica con el Kremlin. Nadezhdin contó con el apoyo de muchos disidentes en el exilio, entre ellos el empresario Mijaíl Jodorkovski, el político Maxim Katz y algunos miembros de la plataforma de Alexéi Navalni. Pese a las rencillas internas de los opositores, todos animaron a votar a cualquier otro candidato menos Putin en los comicios de tres días que tendrán lugar entre el 14 y 17 de marzo.
Además del veto a Nadezhdin, la comisión electoral rusa rechazó también este jueves la participación del líder de Comunistas de Rusia, Serguéi Malinkóvich. De sus 104.998 firmas, 8.979 fueron declaradas inválidas. Sus vetos se suman al de la periodista Yekaterina Duntsova, al que la jefa de la junta electoral le dijo, tras rechazar su postulación en diciembre, que era “joven y tiene todo por delante”.
Sí se postulará por su parte el candidato de la segunda mayor formación del parlamento, el Partido Comunista de la Federación de Rusia, Nikolái Jaritónov, de 75 años y que ya fracasó en las presidenciales de 2004. “[Con Putin] estamos bien, pero es poco. Después de la operación militar especial es necesario el socialismo”, proclamaba la portada del panfleto que repartía su partido junto a la tumba de Lenin en el centenario de su muerte.
Sigue toda la información internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites
_