Von der Leyen aparca la reducción de pesticidas tras la protesta del campo y plantea más ayudas
Las protestas de los agricultores en varios países europeos y, sobre todo, el miedo a los populismos que se alimentan de la movilización y claman contra las regulaciones de la UE, asi como las presiones de los conservadores, que temen perder terreno frente a la ultraderecha, empujan a la Unión Europea a reducir su ambición en la transición verde. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado este martes que aparca la normativa de reducción de pesticidas, en otra concesión más a los agricultores, y una reorientación de las ayudas al sector como “incentivo”. Es otro paso de Bruselas en su senda para desacelerar en políticas verdes que la industria y otros sectores denuncian que van demasiado rápido. “Los problemas se han intensificado en los últimos años, nuestros agricultores merecen ser escuchados”, ha añadido la jefa del Ejecutivo comunitario en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo, donde ha abierto la puerta a nuevos subsidios para el campo. Mientras, en España, las protestas de los agricultores colapsan las carreteras en varias provincias.
Bruselas, como el resto de la UE, se moviliza así para tratar de evitar el descontento en el campo a pocos meses de unas elecciones clave para el futuro de Europa (en junio son los comicios al Parlamento Europeo), mientras la ultraderecha avanza en los sondeos y la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania cumple dos años.
Von der Leyen, que el jueves, tras la cumbre especial dedicada al presupuesto comunitario y al apoyo a Ucrania, se reunió con un grupo de agricultores que protestaban en Bruselas, se ha sumado a líderes europeos que, como el francés, Emmanuel Macron, entonan un mea culpa y aseguran que no escucharon a un sector pequeño —un 2% de la población, que genera un 1,4% del PIB de la UE—, pero muy influyente y que está marcando la agenda.
“Los agricultores necesitan un argumento comercial que valga la pena para adoptar medidas que mejoren la naturaleza”, ha lanzado Von der Leyen en Estrasburgo. “Se requiere un incentivo real que vaya más allá de la mera pérdida de rendimiento. Los subsidios públicos pueden proporcionar tales incentivos”, ha añadido. Para los nuevos subsidios o “incentivos” para el campo que ha insinuado Von der Leyen, Bruselas no tiene mucho margen. La Política Agrícola Común (PAC) está cerrada hasta 2027 (400.000 millones), pero puede abrirse la puerta para que haya cambios y reorientar ayudas, y también podría abrir la mano para permitir subsidios a nivel nacional.
La jefa del Ejecutivo comunitario va a proponer además a los comisarios abandonar la regulación para reducir los pesticidas (llamada SUR) que propuso en julio de 2022, como parte del Pacto Verde Europeo, y que incluye objetivos para recortar su uso y riesgo en un 50% para 2030. “La propuesta SUR se ha convertido en un símbolo de polarización”, ha dicho Von der Leyen, que el viernes ya anunció nuevas medidas para reducir las cargas administrativas del sector agrícola, una de las largas recomendaciones. Bruselas hará una nueva propuesta “más madura”, ha anunciado Von der Leyen.
Ningún partido quiere perder el apoyo del influyente sector agrario y, como Macron (las protestas han prendido en Francia y se han extendido por varios países), que cargó contra la PAC y los actuales reglamentos pese a que los respaldó hace solo dos años, todos aseguran ahora entender y respaldar el malestar. “Como Partido Popular Europeo somos el partido de los agricultores, muchos tratan ahora de arrogarse ese papel”, ha asegurado el líder de los conservadores en la Eurocámara, Manfred Weber, que ha añadido que su partido fue el primero en acudir a escuchar al sector del campo, y ha aprovechado para cargar contra la Ley para la Restauración de la Naturaleza, que se aprobó a finales del año pasado descafeinada precisamente por las presiones de la derecha.
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Iratxe García, líder de los Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, ha criticado a Weber por utilizar las protestas del campo. “No es aceptable usar de forma partidista y electoral la crisis y el sufrimiento de un sector, debemos abordar los problemas juntos”, ha dicho.
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