Estados Unidos golpeará objetivos iraníes en Siria e Irak en respuesta al ataque sufrido en Jordania
Estados Unidos ya ha aprobado planes para responder al ataque con un dron contra una base en Jordania que mató a tres soldados estadounidenses y provocó heridas a otros 41. El Pentágono planea una serie de ataques contra objetivos iraníes en Siria e Irak, según ha informado CBS News este jueves, citando a cargos estadounidenses. El presidente, Joe Biden, ha dicho que ya ha decidido cómo responder, aunque no ha revelado públicamente esos planes y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha evitado concretarlos en una rueda de prensa.
Según la información de la CBS, las condiciones meteorológicas son un factor a tener en cuenta a la hora de planificar los ataques, ya que el Pentágono prefiere llevarlos a cabo cuando hay buena visibilidad sobre los objetivos para evitar alcanzar a civiles. Los planes contemplan una serie de ataques durante varios días contra objetivos, incluidos personal e instalaciones iraníes, dentro de Irak y Siria. La idea de diversas acciones a lo largo de varios días se ha ido abriendo paso desde el principio, dada la dispersión de los potenciales objetivos.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha evitado concretar los planes este jueves en la primera rueda de prensa que concedía en lo que va de año, en la que también se ha disculpado por la falta de transparencia sobre su hospitalización por un cáncer de próstata. “Este es un momento peligroso en Oriente Medio. Seguiremos trabajando para evitar un conflicto mayor en la región, pero tomaremos todas las medidas necesarias para defender a Estados Unidos, nuestros intereses y nuestro pueblo. Y responderemos cuando elijamos, donde elijamos y como elijamos. Eso es en lo que todo el mundo está centrado aquí ahora”, ha dicho en su intervención inicial.
Washington busca ese equilibrio en su respuesta: que no provoque una escalada del conflicto, pero que sea suficientemente contundente como para lanzar un mensaje claro y castigar las posiciones enemigas para evitar nuevos ataques.
Tras ser preguntado por los planes de represalias, Austin ha evitado concretar: “No hemos descrito cuál va a ser nuestra respuesta, pero queremos que los responsables rindan cuentas”, ha dicho. “Tendremos una respuesta de varios niveles y, de nuevo, tenemos la capacidad de responder varias veces, dependiendo de cuál sea la situación”, ha añadido.
“El presidente no tolerará ataques contra tropas estadounidenses”, ha afirmado Austin. “Nuestros compañeros fueron asesinados por milicias radicales respaldadas por Irán y que operan dentro de Siria e Irak”, ha añadido, en lo que ha parecido la descripción de un objetivo.
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Por el momenot, Washington ha dicho que el ataque contra sus tropas del sábado en Jordania, cerca de la frontera con Siria, apuntaba a una milicia proiraní con base en el vecino Irak. La Resistencia Islámica en Irak, que se cree que contiene múltiples milicias que han sido armadas, financiadas y entrenadas por las fuerzas de la Guardia Revolucionaria de Irán, se declaró responsable del ataque, pero dijo el miércoles que suspendía la acción militar contra las fuerzas estadounidenses. Irán ha negado haber participado en el ataque.
La hospitalización polémica
El secretario de Defensa comparecía por primera vez en rueda de prensa este año. Era la primera intervención pública de Austin también desde su polémica hospitalización secreta del 1 de enero, así que se han ido entremezclando preguntas sobre la falta de transparencia de su actuación con las relativas al conflicto en Oriente Próximo. Austin se ha disculpado por haber mantenido en secreto su intervención por un cáncer de próstata que se complicó y provocó su ingreso. Austin ha explicado que se ha disculpado también con Biden por no haberle informado a tiempo.
“No lo hemos hecho bien y yo no lo he hecho bien. Debería haber informado al presidente de mi diagnóstico de cáncer. Asumo toda la responsabilidad”, ha declarado Austin, de 70 años, en la rueda de prensa. “La noticia me sacudió”, ha dicho, en referencia a cuando recibió el diagnóstico. “Francamente, mi primer instinto fue mantenerlo en privado”, ha añadido.
A Austin le diagnosticaron cáncer de próstata a principios de diciembre y fue operado el 22 de diciembre. El 1 de enero, fue trasladado en ambulancia al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed tras experimentar un dolor extremo debido a una infección a consecuencia de la operación y fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos. Trasladó la toma de decisiones a la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, que estaba de vacaciones en Puerto Rico, pero no le dijo por qué. Tampoco informó a Biden ni a otros altos cargos sobre su diagnóstico, su operación o su hospitalización hasta varios días después de estar en cuidados intensivos.
Austin, que trabajó desde casa durante dos semanas tras su salida del hospital el 15 de enero, volvió a trabajar en el Pentágono el lunes. No había estado en el edificio desde el 21 de diciembre. Este jueves comparecía por primera vez en público.
Su falta de transparencia ha provocado cambios en las directrices federales y ha desencadenado una revisión interna del Pentágono y otra por parte del inspector general de los procedimientos de notificación de su departamento que están en marcha.
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