Consejos para criar niños emprendedores
Tengo más de 20 años dedicado al mundo del emprendimiento, puedo afirmar que soy muy exitoso en lo que hago, y con los años me he vuelto realmente bueno, pero nada de lo que había hecho o aprendido en mi vida me preparó para el rol de ser papá.
Como se imaginarán, soy bastante adaptativo, proactivo y recursivo y no me amilané ante el tremendo reto de criar. Y, como en cualquier otro proyecto, que había trabajado antes, estudié, investigué, e ideé soluciones «innovadoras».
También realicé planes estratégicos, muchas lluvias de ideas, entrevisté, practiqué, realicé muchas pruebas y tuve que ajustar mucho, pero hasta ahora, puedo decir sin temor a equivocarme, que mis hijos son mi «empresa» más exitosa, más rentable, y con mayor potencial.
Padres presentes
Mi intención es acortar la curva de aprendizaje y ayudar a otros padres que comienzan este camino y compartir los resultados de mi intencionalidad de criar y sembrar competencias, herramientas y comportamientos «emprendedores» en mis hijos, sabiendo que los resultados hasta ahora, son dignos de compartir.
También quiero celebrar y reconocer a todos esos padres súperpoderosos que han sabido combinar su vida productiva con la paternidad, que se han reinventado para no descuidarla y que entendieron que lo que más vale para sus hijos es estar presente, vivirlos, darles el ejemplo y las enseñanzas.
No el dinero, empresas, regalos o legado material que les dejemos, en nuestra ausencia «productiva».
La práctica hace al maestro
Nadie aprende a manejar bicicleta en Youtube. La mejor manera de aprender es haciendo, pensando, cayéndose, explorando, aventurándose. Acompáñalos, protégelos, pero déjalos aprender con sus pasos, ritmos y experiencias propias.
El fracaso es lo que enseña, desarrolla la resiliencia y la fortaleza de persistir. Equivocarse es una oportunidad para aprender y desarrollar competencias. Recuerda que la práctica hace al maestro. Desde hablar, caminar, correr, hasta comunicarse, todo es práctica.
Herramientas para tus hijos
- El ritmo de aprendizaje de tus hijos no es el tuyo. Puede ser más rápido o más lento, no importa, es su ritmo. Tampoco dejes que tus hijos sean una nota o una foto. Son especiales como sean, dale su espacio, su tiempo y te sorprenderás lo que avanzan. No midas ni compares con otros, si tienes dudas contacta especialistas, pero rechaza la comparación. Los genios son personajes que tienen orígenes muy humildes, sencillos y fuera de «lo normal». Así que construye seguridad alrededor de tus hijos, ellos van a su ritmo.
- Recuerda que las mentes más brillantes e innovadoras de hoy en día, no fueron los mejores estudiantes, ni tuvieron todas las calificaciones perfectas. Sí tuvieron mentores, ejemplos familiares y experiencias retadoras de niños y adolescentes. El mundo es de los que se atreven, se rebelan, proponen, innovan y emprenden, enseña esas actitudes y estarás cambiando el mundo.
- Tus hijos nacieron creativos, no les anules sus ideas por locas que sean. Ayúdalos a pensar que sus ideas y visiones son posibles. De la creatividad y curiosidad nace el talento de hacer. Fomenta sus experimentos y sus juegos imaginativos ya que son indispensables para su crecimiento y madurez. Construye prototipos, mundos, artefactos y juguetes con ellos. La felicidad no se compra, recuerda eso.
- En algún momento descubrirán que toda la información del mundo está disponible en una pantalla, enséñales que no todo es entretenimiento, y que tampoco todo es educación. Investiga con ellos, provoca su curiosidad, incentívalos a hacerse preguntas y a obtener respuestas. Te sorprenderás lo que puede aprender y absorber esta Generación Alfa. El mundo está exigiendo para los profesionales y trabajadores del futuro, competencias como creatividad, análisis crítico, resiliencia, resolutividad, trabajo en equipo, herramientas de venta, que manejen y toleren el estrés, que sean automotivados, que aprendan activamente, que sean flexibles, incluyentes y tecnológicos. Eso no se aprende en la universidad ni en el colegio tan bien como se aprende en casa contigo. No tengas miedo a aprender con ellos.
- Así como somos seres racionales, también somos animales emocionales, necesitamos juego físico, actividad de potencia muscular y de velocidad. Corre, juega y pelea con ellos. Estarán practicando para la vida. Enséñalos a caer, a nadar, a trepar, a silbar, a gritar. Y si no sabes de estas cosas, revisa youtube, hay muchos tutoriales.
- Necesitan desarrollar la adopción y aprendizaje temprano de tecnologías, por lo que debes dejar que usen teléfonos, tablets, software, webs, redes. Que aprendan sobre todo esto, qué hacen y cómo funcionan. Será tu decisión cuando los dejes empezar a gener – compartir contenido y participar socialmente en el mundo, pero deben tener un correo, identidad digital, desde que puedan escribir.
- Enséñales a valorar el talento de otros, que aprendan a reconocer cuando alguien es muy bueno o destacado en algo, y a celebrarlo. El respeto por los demás empieza por conocerlos. Sentirse orgullosos de sus logros y de los de otros también se enseña y ayuda a crear seres más sociables. No enaltezcas la mediocridad y el peor esfuerzo, pero tampoco seas indiferente antes los avances e intentos. «Vas muy bien, te felicito» es mucho mejor que «‘¡Eres lo mejor que existe en el mundo!».
- Enséñales el hábito de la lectura y que aprendan a asombrarse con letras no sólo con imágenes o videos. Así abrirán su cerebro a la imaginación e ideación.
- Enséñales con el ejemplo, no con la imposición, así tendrás líderes que inspiran y motivan. La excelencia se obtiene con la práctica y la persistencia. Demuéstrales que estás acompañando su crecimiento recordando de dónde arrancaron y hasta dónde han llegado.
- Mientras más temprano aprendan a manejar dinero, mejor. Eso fomentará estructura económica, conceptos de valor, precio y ganancia. Les servirá para toda la vida saber que con poco dinero compraban muchos dulces en un lado y pocos en otro. Aprenderán de oferta y demanda y entenderán muy pronto el valor del dinero y del esfuerzo de ganárselo.
- Háblales del propósito personal y que aprendan a descubrir el propósito como conductor de su vida. Y si quieren ser barrenderos, que sean los mejores barrenderos del mundo. No les conduzcas sus vidas, enséñalos a conducir. No les enseñes tu versión del éxito, deja que ellos construyan su propia versión.
- Mientras más exploren más amplios serán sus parámetros. Está muy bien que un día quieran ser artistas, otro día veterinarios, otro día magos, otro día astronautas, otro días cocineros. Enséñalos y que profundicen en sus intereses. Dedica tiempo a aprender con ellos sobre lo que se les antojó ser tal día. Muéstrales ejemplos reales, gente que vive de su talento y propósito.
- Defiende su inocencia y sus creencias pero no les mientas. No les impongas tus creencias ni tus límites, hay más de 4000 religiones en el mundo; la verdad que te sirvió a ti hasta hoy puede que no sea la que les sirva a ellos en el futuro. No dejes las cosas trascendentales al profesor de ciencias, de religión o de lenguaje. Enséñales sobre la vida y la muerte, tu historia, tu familia, raíces y costumbres, pero también enséñales que hay otras maneras de pensar.
- Recuérdales siempre que lo más valioso en la vida es el tiempo que tenemos, la salud y la libertad. Tendrás a futuros líderes conscientes, respetuosos y solidarios.
- Y lo que a mí más me ha funcionado es hacer proyectos con ellos: vamos a empezar y terminar algo, si nos gusta lo repetimos. Vamos a aprender algo nuevo, hacer el cubo Rubik, tocar un instrumento, cantar una canción, probar una fruta, cocinar un plato, coser una camisa, explorar un lugar, llamar a alguien, aprender un idioma, hablar con las manos, etc.