El ministro de Educación cambió las señas
Cuando el pasado domingo el presidente Luis Abinader ordenó la suspensión de la docencia por dos días, debido a las consecuencias del disturbio tropical que provocó inundaciones y desplomes en diferentes partes de la geografía nacional, todo el mundo lo entendió como algo lógico y con sentido.
Pero menos de una hora más tarde, el Ministerio de Educación se despachó con una nota de prensa en la que les informaba a los colegios privados que no habían sufrido daños en su infraestructura que ellos sí tenían que mantener activa la docencia el lunes.
Pero aclarando que era responsabilidad de los centros educativos privados «informar a las familias si impartirán docencia presencial o tomarán otras medidas para garantizar la seguridad de los estudiantes»
¿Realmente era necesario eso, aun cuando el presidente había dicho todo lo contrario?
¿Realmente era prudente, tomando en consideración lo que se acababa de vivir en el país?
Pero más que nada, la República Dominicana tiene un solo sistema educativo que rige a todo el ecosistema escolar, principalmente pensando en no discriminar. ¿Por qué hacerlo en este caso?
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