Del caso Gavilán
Al hacerse público el caso Gavilán, la Procuraduría General de laRepública destapó una especie de Caja de Pandora en el país.
No es tan sencillo como decir que se detuvieron personas que simplemente violaron la ley o cometieron actos de corrupción.
Porque el delito del que se habla, borrar antecedentes criminales para entregar «papeles de buena conducta» pone en entredicho todo lo que supuestamente debería tener validez en el país.
Si un documento oficial como uno que debe demostrar la ausencia de antecedentes penales no tiene fe pública porque se falsifica, ¿qué podemos asumir como bueno y válido?
En el pasado nos preguntábamos por qué había que legalizar un acta expedida por una oficialía, que ya era una entidad oficial… ahí está la respuesta.
¿Dónde está la credibilidad de las instituciones de nuestro país si no podemos ni siquiera confiar en un documento oficial de la Procuraduría General de la República que es usado, como hicieron desde narcotraficantes, homicidas hasta violadores, para engañar embajadas y consulados en procesos de visa?
Esa red fue cortada… ¿Qué pasa con las demás?