Frontex pide explicaciones a la Guardia Costera de Grecia por sus actuaciones contra los migrantes
La agencia europea de fronteras (Frontex) está molesta con los guardacostas griegos por sus actuaciones contra migrantes y refugiados y ha pedido explicaciones. El director de Frontex, el holandés Hans Leijtens, se ha dirigido por carta al jefe de Protección de Fronteras y Extranjería de la Policía griega, para referirse a las “denuncias de incumplimiento de los derechos fundamentales de los migrantes por parte de la Guardia Costera Helena”. En la misiva, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, Leijtens pide a Dimitrios Mallios aclaraciones e información y le da hasta el 10 de julio para que colabore.
La carta, enviada este jueves por la mañana, no está relacionada con el naufragio ocurrido el pasado 14 de junio, en el que murieron más de 600 personas sin que la Guardia Costera griega lo evitase, sino con otros dos episodios anteriores en los que han estado involucrados barcos y medios financiados por Frontex.
El primer caso ocurrió el pasado 11 de mayo, cuando 12 personas—entre los que había varios niños y un bebé de seis meses— fueron obligados a subirse a una patrullera de la Guardia Costera griega y, ya en alta mar, fueron abandonados a la deriva en una balsa inflable de emergencia. Eran refugiados de Somalia, Eritrea y Etiopía. La secuencia, grabada en vídeo, fue publicada por The New York Times el pasado mes de mayo como “la evidencia más condenatoria” de cómo Grecia viola las leyes internacionales y las normas de la UE que rigen el tratamiento a los solicitantes de asilo. Las autoridades griegas no respondieron siquiera a las preguntas del diario estadounidense sobre el incidente.
Frontex ya abrió un procedimiento de Informe de Incidente Grave para este caso, lo que, según dice Leijtens en su carta, “confirma la gravedad de las denuncias”. Y como explica la misiva, tanto el oficial responsable de derechos humanos de la agencia, Jonas Grimheden, como el equipo operativo de la Operación Poseidón, que mantiene este organismo de forma conjunta con Grecia en el mar Egeo, “identificaron una serie de aspectos que debían aclararse en relación a los hechos y las medidas aplicadas por Grecia”. Específicamente, los miembros de este operativo reclamaron las grabaciones de imágenes y vídeo de la patrulla griega que participó en ese retorno ilegal.
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Relación tensa
Leijtens también se refiere a un segundo episodio ocurrido el 22 de abril en el que se vio involucrado un buque portugués de Frontex. “Soy consciente de que podría haber investigaciones en curso con respecto a los hechos mencionados anteriormente”, dice el holandés. “Sin embargo, me gustaría enfatizar que es de suma importancia para la agencia recibir todas las aclaraciones e información que estén en este momento a disposición de la Guardia Costera en vista de la cooperación actual y futura entre las autoridades griegas y la agencia”.
La relación entre Grecia y la agencia europea de fronteras es ahora mismo tensa y el futuro de la Operación Poseidón, que mantienen ambos en el mar Egeo, está en el aire. Grimheden planteó la semana pasada que se suspendieran las operaciones con Atenas, como impone el reglamento, por violaciones de los derechos fundamentales.
La iniciativa de Leijtens es poco habitual y revela una creciente desconfianza en las autoridades griegas destinadas al control de fronteras. La preocupación por el cumplimiento de la ley, en cualquier caso, con otra preocupación relevante de Frontex: no manchar el nombre de la agencia ni el de su director, recién nombrado en marzo. Las devoluciones en caliente, la opacidad o la gestión de los fondos son aún cuestiones sensibles para la reputación de Frontex. Leijtens, además, sustituyó al francés Fabrice Leggeri, que cayó cercado por las acusaciones de falta de control sobre las devoluciones ilegales en las fronteras europeas.
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