Los disturbios en Barcelona, en aumento por prisión del rapero Pablo Hasél
Las violentas protestas en la ciudad española de Barcelona de quienes piden la liberación del rapero Pablo Hasél, quien fue condenado por promover el terrorismo e injuria contra la Corona, no se detienen.
Este domingo las agencias internacionales de prensa, así como los diarios, canales de televisión y emisoras de radio han reseñado que por lo menos, la autoridad de la fuerza pública había detenido, al menos a 14 personas luego de que los protestantes hirieran a los agentes de la policía local.
Los disturbios en la capital catalana ya han arrojado a más de 140 personas detenidas, y este sábado llegaron al extremo de quemar un furgón de la Guardia Urbana, el cual tenía en su interior a un agente que pudo salir del vehículo. Oficinas bancarias, tiendas entre otros establecimientos han estremecido al centro de Barcelona desde que el también escritor fue apresado el 16 de febrero de este año. Las autoridades han condenado los hechos.
Entre sus fuentes de inspiración destacan cantautores como Joaquín Sabina, Carlos Varela, Silvio Rodríguez o Ismael Serrano, aunque también se puede notar la influencia de escritores como Vladímir Mayakovski o la vida de personajes históricos como Ernesto Che Guevara o Iósif Stalin.
Ha distribuido todos sus trabajos de manera gratuita en Internet a través de conocidas webs especializadas en música rap como hiphopdirecto.net o hhgroups.com. También ha subido numerosos temas a YouTube, muchos de ellos inéditos, a través de una cuenta que él mismo gestiona.
Hasél fue detenido en Lérida el 4 de octubre de 2011 por ensalzar en su canción Democracia su puta madre al que fuera secretario general del PCE(r), Manuel Pérez Martínez, “Camarada Arenas”, condenado a diecisiete años de cárcel por pertenencia a la banda terrorista GRAPO. En el momento de su detención, la policía registró y requisó varios discos duros, así como libros. La noticia de su detención provocó que las redes sociales se llenaran de mensajes de apoyo hacia el rapero. Asimismo, numerosos artistas recogieron firmas a través de la plataforma Actuable exigiendo su liberación inmediata.
De su trayectoria
Pablo Rivadulla Duró , conocido artísticamente como Pablo Hasél, es un rapero español que debutó en la escena underground del hip hop español con la demo “Esto no es el paraíso” en 2005. Es autor de numerosas maquetas y demos, así como recopilaciones de temas sueltos, inéditos, a capela y poemas. Según sus propias palabras: “yo grabo rápido y no paso el día retocándome”. En sus letras, siempre directas y sin eufemismos, trata tres tipos de temáticas con las que describe a su público la realidad que él percibe: crítica social y rap antisistema, temas sentimentales y personales y, finalmente, canciones en las que “se ríe de todo”, según declaró en una entrevista.8 Por otro lado, su pensamiento y su compromiso político comunista lo ha diferenciado de otros artistas del rap político español.
Problemas con la Justicia
Sus líos con la Justicia española comenzaron cuando fue detenido en Lérida el 4 de octubre de 2011 por ensalzar en su canción Democracia su puta madre al que fuera secretario general del PCE(r), Manuel Pérez Martínez, “Camarada Arenas”, condenado a diecisiete años de cárcel por pertenencia a la banda terrorista GRAPO: luego en 2014 fue condenado a dos años de prisión por enaltecimiento del terrorismo, debido al contenido de sus letras. En junio de 2020 fue condenado, en sentencias no firmes, a seis meses de cárcel por lesiones por agredir y rociar con un líquido de limpieza a un periodista, y a dos años y medio de cárcel por agredir a un testigo en un juicio contra un agente de la Guardia Urbana de Lérida.
En la mañana del 5 de octubre, tras declarar ante la Audiencia Nacional, salió en libertad provisional sin fianza, con la obligación de comparecer quincenalmente en los juzgados.
En junio de 2016 empujó, insultó y roció con un líquido de limpieza a un periodista de TV3. El 28 de abril de 2019, cuando acudía a un evento por la excarcelación del preso del GRAPO Paco Cela fue detenido debido a una orden de búsqueda y captura que tenía por no haberse presentado a un juicio.
El 28 de enero de 2021, la Administración de Justicia dio a Hasél diez días para entrar en prisión voluntariamente, a través de una notificación a su abogado. El 2 de febrero se lo notificaron al artista. El rapero se negó al ingreso voluntario y, para evitar su detención, procedió en su lugar a atrincherarse en la Universidad de Lérida el 15 de febrero junto con un grupo de simpatizantes.
Al día siguiente, los Mozos de Escuadra accedieron al recinto del rectorado y procedieron a detenerlo. Allí más de 200 artistas españoles de distintas disciplinas culturales habían firmado un manifiesto apoyando la libertad del rapero una semana antes de su entrada en prisión, pero la Audiencia Nacional desestimó el recurso de súplica del artista para no entrar en prisión dado que debido a sus antecedentes penales no cumplía los requisitos necesarios para que se pueda suspender el ingreso en prisión, y, además, consideraba que “Con este historial delictivo, resultaría absolutamente discriminador respecto de otros delincuentes, y también una grave excepción individual en la aplicación de la ley, totalmente carente de justificación”.
Pocos días después, el 18 de febrero de 2021, la Audiencia de Lérida confirmó otra sentencia en la que se le condenaba y que este había apelado. Este otro juicio tuvo lugar en enero de 2020 por hechos de octubre de 2017, en el que se le condenó a dos años y medio de prisión por obstrucción a la justicia y amenazas a un testigo al que habría amenazado con matar.
Hasél fue condenado a nueve meses de prisión, seis años de inhabilitación para ejercer cargo público y al pago de casi 30.000 euros de multa por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias contra la Corona y las instituciones del Estado español.
Vandalismo inaceptable
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, apoyó este domingo a los cuerpos policiales y calificó de “inaceptables los actos de vandalismo y violencia”, que fueron condenados por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y rechazados por las autoridades regionales de Cataluña.