Sánchez reclama a China que se abra para no obligar a la UE a cerrarse frente al gigante asiático
Nada más aterrizar en China, en un viaje muy preparado por el Gobierno español, Pedro Sánchez ha lanzado varios mensajes muy claros a la cúpula política y económica china reunida en el Foro de Boao, en la isla de Hainan, una especie de Davos del gigante asiático. Con cautela, sin mencionar expresamente cuestiones delicadas para el régimen chino como los derechos humanos, pero dejando claro que Europa “defenderá sus valores”, Sánchez ha lanzado un discurso contra el proteccionismo en el que reclama a los chinos que se abran a las inversiones europeas si no quieren que la reacción a su cierre sea que la Unión Europea también se proteja cerrándose a las inversiones chinas, una de las principales quejas de Pekín en la economía pospandemia. “Debemos abrir el Este [China] para que el Oeste [la UE] no tenga que cerrarse en sí mismo”, ha resumido el presidente español.
La tensión entre China y la UE es creciente, no tan fuerte como la que hay entre Pekín y EE UU, pero sí importante. Sin embargo, China está lanzando mensajes positivos en las últimas semanas, sobre todo después de cambiar radicalmente su política de aislamiento para frenar el covid, y asegura que está trabajando con Rusia para buscar un proceso de paz en Ucrania. Y en este contexto, China está invitando a líderes europeos a Pekín.
Sánchez, que llegará hoy a la capital para verse mañana con el presidente Xi Jinping, es el primero de ellos, pero inmediatamente después llegará el francés Emmanuel Macron, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, o el máximo responsable de la política exterior europea, Josep Borrell. Sánchez aprovecha la ventaja de ser el primero para lanzar mensajes claros en defensa de la posición europea, pero también para reconocer el papel internacional de China y la posibilidad de que su movimiento sea decisivo para parar la guerra en Ucrania.
El presidente ha reivindicado su papel como líder internacional, que le ha llevado en solo una semana a Bruselas, República Dominicana y ahora hasta China, con una breve parada en España en la que anunció el cambio de dos ministros en su Gobierno. “En pocos días, he asistido al Consejo Europeo de Bruselas, a la Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo, y ahora estoy aquí en visita oficial a China. En menos de una semana, me he encontrado con más de 40 líderes de tres continentes diferentes. Y permítanme ser claro: en cada reunión he escuchado el mismo anhelo de paz, estabilidad y prosperidad. Nadie quiere la fragmentación económica o la guerra”, ha lanzado el presidente español, un claro defensor del multilateralismo, del mundo basado en reglas y de la apertura económica.
Sánchez no ha dulcificado la situación ni ha evitado los puntos de tensión entre la UE y China, en especial su apoyo a Rusia y su proteccionismo económico, que hace que sus empresas sí puedan ir a Europa, pero las europeas tengan muchas dificultades para entrar en China. “La humanidad enfrenta desafíos globales de una escala sin precedentes: una emergencia climática, una pandemia y la agresión brutal e ilegal de Rusia contra Ucrania, que está causando una gran crisis humanitaria, inseguridad alimentaria, inflación y aumento de la angustia por la deuda en un número creciente de países vulnerables”, ha arrancado el presidente.
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El jefe del Gobierno español ha llegado a China con la intención de conocer de primera mano el plan del presidente Xi para la paz en Ucrania. Sánchez, como los demás líderes europeos, insiste en que cualquier tipo de solución debe ser planteada contando con Kiev. De hecho, Volodímir Zelenski ya está pidiendo un encuentro a Xi para debatir estas ideas que planteó en un reciente viaje a Moscú. Pero Sánchez quiere trasladar un mensaje de apoyo a las gestiones de China, a la que anima a hacer todos los esfuerzos posibles para lograr la paz en Ucrania.
Sobre todo, el presidente español apoya la reapertura al mundo de China que Xi parece estar promoviendo: “Acojo con satisfacción la intensificación de los contactos diplomáticos de las autoridades chinas con los dirigentes de todo el mundo. Refleja un alto grado de responsabilidad, y queremos contribuir a estos esfuerzos. Nuestros puntos de vista pueden diferir en algunas áreas, pero debemos continuar construyendo puentes y aumentando la confianza mutua”, ha señalado en el foro.
Sánchez apuesta por una redefinición de la relación entre la UE y China. “Juntos, China y Europa representan una cuarta parte de la población mundial y alrededor de la mitad del PIB mundial. China y la UE, como principales mercados y entidades geopolíticas, deben competir en algunas áreas y cooperar en otras. Nuestras empresas son a menudo competidores, pero también socios en el desarrollo de proyectos de infraestructura de transporte, energía y atención médica no solo para Eurasia, sino también para el mundo. Debemos nivelar el campo de juego y garantizar la plena reciprocidad entre los socios. Eso significa abrir el Este, para que el Oeste no tenga que cerrarse en sí mismo”, ha insistido el jefe del Ejecutivo español.
Sánchez ha aprovechado además el foro, lleno de líderes económicos chinos, para reivindicar España como un lugar ideal para la inversión extranjera: “España es uno de los mejores lugares de Europa para invertir y hacer negocios. Ofrecemos una posición geopolítica ideal, entre tres continentes, un sector privado vibrante y robusto, una infraestructura digital y física de primer nivel mundial, una fuerza laboral altamente educada, energía limpia asequible y la estabilidad institucional y la seguridad jurídica que las inversiones necesitan para prosperar”.
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