Desfile Paco Rabanne en Paris Fashion Week
“Solo hay dos genios en España, yo y Paco Rabanne”. Quien cometió tal ejercicio de narcisismo no podía ser otro que Salvador Dalí, tras caer en los años 60 rendido a los pies de Rabanne, fallecido hace un mes. La firma recordó hoy a ambos genios en un desfile homenaje que recuperó lo mejor de su fundador.
Fue un desfile austero pero abarrotado. Casi no se podía entrar en el museo de Arte Moderno de París, donde se celebró esta pasarela otoño-invierno 2023/2024, en el marco de la Semana de la Moda.
Muchos acudieron llevando los ‘looks’ más emblemáticos del diseñador, nacido en Pasajes en 1934. Hijo de una modista, jefa del taller de Cristóbal Balenciaga en San Sebastián y de un militar republicano andaluz, fusilado en la Guerra Civil, Francisco Rabaneda Cuervo tuvo un destino “dickensiano”.
Transformó la moda del siglo XX introduciendo en ella la metalurgia, el plástico y una pasión mal interpretada por las formas que podía haberlo llevado a ser arquitecto.
Afortunadamente para la historia de la moda, Rabaneda se pasó al diseño, donde ha dejado un vasto legado. No tanto por cantidad, sino porque ya es difícil en esta industria dejar una sola pieza que se convierta en mito, y sus minivestidos de aluminio, con monedas hiladas entre sí, son ya eternos.
Icono de los años 60
Por eso volvieron hoy a la pasarela y cerraron el desfile sus minivestidos de placas de metal, transparencias y ese corte geométrico que revolucionó los años 60, cuando los lucieron actrices como Audrey Hepburn o Jane Fonda, a quien Rabanne (que empezó dándose a conocer como Franck Rabanne antes de cambiar a Paco) vistió igualmente en “Barbarella”, la heroína de la ciencia ficción.
También tenían aquellos diseños un punto surrealista y demasiada osadía como para que Salvador Dalí no reparara en aquel joven un tanto místico.
Hoy, con Julien Dossena al frente de la marca, ambos artistas volvieron a encontrarse en los diseños.
“Dos visionarios españoles unidos por su expresión artística radical. Desde mujeres ataviadas con armaduras contemporáneas hasta paisajes no sujetos a las leyes naturales, crearon mundos paralelos y, en ocasiones, superpuestos, mágicos, místicos y misteriosos a la vez”, destacó la marca en un comunicado.
En una colaboración de la firma con la Fundación Salvador Dalí, los lienzos más sonados del de Figueres se transformaron en vestidos de vuelo, con cortes asimétricos y accesorios metalizados para dar forma al busto.
«Las sombras de la noche que cae” o “Mesa solar” fueron algunas de las pinturas transformadas en vestidos.
Pero Rabanne, que reprochó a España que sólo le buscara cuando era famoso después de las miserias que había vivido su madre, estuvo presente en cada diseño en este desfile, pese a la aparición inesperada del surrealista.
Sonó su voz como acompañamiento al «show». “El rol de la moda es encantar, provocar sentimientos en el otro”, dijo en una entrevista de archivo. Entonces, la prensa lo presentaba también como uno de los genios vivos de España, junto a Dalí y Picasso.
Sus vestidos rompieron esquemas y hoy, como homenaje, rompían además el silencio convirtiéndose en protagonistas, ya que el sonido que hacen al andar las modelos superaba incluso el de la música.
Dossena, creativo de la marca, introdujo también su visión actual en varios conjuntos de pelo y color, como un pantalón caído con jersey, todo en azul cielo, y una serie de vestidos que mezclaban encajes y flores, quizás lanzando un guiño a los clichés florales o vestidos folklóricos que tanto se asocian a España.