La junta militar bloquea el acceso a Internet desde los móviles para silenciar las protestas en Myanmar
Este sábado se ha bloqueado el acceso a Internet desde los teléfonos móviles en Myanmar. La Junta que se ha hecho con el poder en la antigua Birmania, tras un golpe de Estado el pasado lunes, ha endurecido el control de las comunicaciones dentro del país, al tiempo que aumentan las manifestaciones y otros actos de protesta contra las autoridades militares y en favor de los líderes detenidos, la jefa de facto del gobierno civil, Aung San Suu Kyi, y el presidente Win Mynt. Desde la asonada el lunes, Myanmar se encuentra progresivamente más aislada. El Ejército va desplegando medidas propias de los tiempos de la dictadura que dirigieron entre 1962 y 2011: detenciones de activistas y políticos, amenazas y violencia contra quienes participan en las protestas y policía antidisturbios en torno a las manifestaciones.
Tras los cortes intermitentes de las telecomunicaciones el lunes, llegó la advertencia del Ministerio de Información contra la difusión de “rumores” que pudieran causar disturbios o desestabilizar la situación. Después han acontecido los bloqueos de Facebook y otras aplicaciones vinculadas a esta plataforma; más tarde, Twitter e Instagram. Este sábado ha sido el acceso a Internet desde los móviles.
El portal Netblocks, que vigila el tráfico de Internet en el mundo, ha confirmado que la red birmana se encuentra bloqueada casi por completo. Desde las dos de la tarde (8.30 hora peninsular española), la conexión descendía al 16% de los niveles habituales, “con tendencia a la baja”. “Es probable que el bloqueo de información limite seriamente la cobertura de las protestas contra el golpe”, apuntaba el portal. Una de los grandes compañías teleoperadoras independientes, la noruega Telenor, ha confirmado que ha recibido la orden de cerrar el acceso para evitar la difusión de “bulos”.
El apagón de Internet se ha producido cuando en Yangón, la capital económica del país y donde se concentra la mayor parte de la población, se desarrollaba la manifestación más numerosa hasta el momento, en la que han participado en torno a 3.000 personas, según cálculos de Afp.
“¡Dictador militar, cae, cae; Democracia, vence, vence!”, gritaban los participantes, según vídeos que han podido ser distribuidos por redes sociales. Muchos de ellos, según aparece en las imágenes, iban vestidos de rojo y negro, los colores de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), el partido de Aung San Suu Kyi. Mientras gritaban, elevaban tres dedos hacia el cielo, el gesto inspirado en la película Los juegos del Hambre y que se convirtió en el símbolo de las protestas estudiantiles en Tailandia el año pasado. Las proclamas se han repetido, a menor escala, en otras localidades de este país de 54 millones de habitantes.
Facebook, la red social más popular en la antigua Birmania, que acumula 22 millones de cuentas, se ha declarado “extremadamente” preocupada por el apagón, y ha instado “insistentemente” a la Junta el desbloqueo de las redes. “En este momento fundamental, el pueblo birmano necesita acceso a información importante, y poder comunicarse con sus seres queridos”, ha declarado en un comunicado el director de política pública de esa plataforma para los países emergentes de Asia Pacífico, Rafael Frankel.
“Cortar Internet en medio de un golpe de Estado volátil, una crisis humanitaria y una pandemia sanitaria es una decisión imprudente y atroz”, ha denunciado Ming Yu Hah, subdirectora regional para campañas de Amnistía Internacional. “Un apagón prolongado pondrá a la población en mayor riesgo de violaciones graves de los derechos humanos por parte de los militares”, ha añadido.
En un sentido similar se ha pronunciado el director para Asia de Human Rights Watch, Brad Adams. “El apagón informativo de los líderes del golpe no puede esconder los arrestos motivados políticamente y otros abusos… Los militares deben poner en libertad de modo inmediato a los detenidos, restablecer el acceso a la información en Internet y proteger el derecho a la libertad de expresión”, ha sostenido.
La Asociación de Asistencia para los Prisioneros Políticos (AAPP) en Myanmar ha denunciado que desde el comienzo del golpe, a primeras horas de la madrugada del lunes, han sido detenidos 133 políticos y 14 activistas. El jueves, cuatro de una veintena de participantes en una protesta en el exterior de la Universidad de Medicina en Mandalay -la segunda ciudad birmana- también fueron arrestados. Este viernes se conocía la detención de uno de los asesores principales de Aung San Suu Kyi, Win Htein, de 79 años, quien encara cargos por criticar el golpe.
Además, este sábado el Gobierno australiano ha confirmado el arresto de su ciudadano Sean Turnell, asesor económico de la premio Nobel de la Paz de 75 años y profesor de la Universidad de Macquarie.
La junta militar, encabezada por el jefe del Estado Mayor, general Min Aung Hlaing, de 64 años, ha justificado el golpe con el argumento de que hubo un “fraude masivo” en las elecciones del pasado 8 de noviembre, en las que la NLD logró una victoria arrolladora. Ni la comisión electoral nacional ni los observadores internacionales han corroborado las denuncias de las Fuerzas Armadas.